Los países del G20 renovamos los compromisos con las políticas y los objetivos relacionados con la salud que se acordaron a nivel internacional en el avance de la Agenda para el Desarrollo Sostenible de 2030. indicó Adolfo Rubinstein.
(Infobae)
Por Adolfo Rubinstein, secretario de Gobierno de Salud de la Argentina.
Fue un gran placer y un honor para la Argentina ser anfitrión de la segunda reunión ministerial de Salud de la historia del G20. En la reunión hemos llegado a un acuerdo sobre una declaración conjunta, en la que recordamos los compromisos asumidos en la declaración de los ministros de Salud de Berlín, en 2017, y hemos reafirmado nuestro papel continuo en el fortalecimiento del apoyo político para llevar adelante esta labor.
Los países del G20 renovamos los compromisos con las políticas y los objetivos relacionados con la salud que se acordaron a nivel internacional en el avance de la Agenda para el Desarrollo Sostenible de 2030.
Este año, además, hemos incluido el sobrepeso y la obesidad infantil en la agenda de salud del G20, entendiendo que este tema constituye un problema importante de salud pública en todo el mundo que está comprometiendo el futuro de nuestros niños, niñas y adolescentes. Pero también hubo consenso sobre el hecho de que el sobrepeso y la obesidad infantil son relevantes no solo para la salud sino también por las consecuencias sociales y económicas de las enfermedades crónicas no transmisibles en el desarrollo de los países. Cada país del G20 ha desarrollado diferentes estrategias para frenar la epidemia de obesidad y han acordado seguir intercambiando buenas prácticas y trabajar en colaboración con organizaciones internacionales para contrarrestar su impacto adverso sobre el capital humano y el desarrollo social.
En cuanto al fortalecimiento de los sistemas de salud, apoyamos la necesidad de contar con sistemas de salud más sólidos para lograr un mejor acceso a una atención de salud segura y de calidad en el camino hacia la cobertura universal de la salud (CUS) con efectividad, equidad y calidad, y la reducción de la pobreza para el año 2030.
Hemos acordado que la atención primaria de salud tiene que ser la base de un modelo centrado en las personas, que requiere una fuerza de trabajo capacitada y comprometida, así como el uso de tecnología innovadora para mejorar el acceso y la calidad de los servicios de atención de salud. También hemos reconocido la importancia de empoderar a las personas y a los equipos de salud, estableciendo políticas para que las mujeres puedan tener las mismas condiciones de trabajo que los hombres, a fin de lograr una participación igualitaria en los puestos de toma de decisiones.
Respecto a las políticas para enfrentar el serio problema global de la resistencia antimicrobiana, aunque los acuerdos alcanzados en Alemania fueron muy positivos, todavía queda mucho por hacer y el grupo de salud del G20 debería ser el ejemplo. Para hacer frente a la resistencia antimicrobiana, tenemos que trabajar juntos con socios clave a través de acuerdos multisectoriales y en colaboración con organizaciones internacionales. La mayoría de los países están progresando en el proceso de implementación de los planes de acción nacionales en el marco de la estrategia “Una Salud”. Hubo un fuerte acuerdo en la promoción de medidas para concientizar a la población y a los trabajadores sanitarios sobre el problema de la resistencia antimicrobiana, así como sobre la necesidad de fomentar la inversión en tecnología y el acceso a las nuevas tecnologías de diagnóstico.
Las emergencias sanitarias plantean graves riesgos para la salud mundial, así como para la economía, la estabilidad y el desarrollo social, que no pueden ser abordadas por un solo país, y requieren una respuesta mundial coordinada. Estas amenazas podrían poner a prueba nuestros sistemas de salud. Las experiencias pasadas han demostrado que los desafíos de la salud mundial no pueden ser abordados por un solo país o solo por el sector de la salud. Por el contrario, requieren un compromiso integral para responder de manera oportuna y eficaz. El sector de la salud debe mostrar liderazgo y orientar las actividades necesarias, así como concientizar sobre los riesgos y las posibles consecuencias.
En todos los grupos del G20 hemos tenido un enfoque de género transversal. Los sistemas de salud sensibles al género y a la mejora de la salud, los derechos y el bienestar de las mujeres y las niñas contribuyen a la igualdad de género y al empoderamiento de la mujer como medio eficaz de reducir la pobreza extrema y de construir un mundo más pacífico, inclusivo y próspero.
El G20 de Salud nos brindó una excelente oportunidad para seguir orientando las políticas sanitarias mundiales. Esperamos seguir trabajando juntos en Japón durante 2019.