Con más de 30 años de bombero voluntario, tiempo durante el cual ha ocupado diferentes cargos operativos, Claudio Saenz Hostos, jefe de Instructores del área de Capacitación de Engineering Services-ESSAC, comparte sus reflexiones sobre los avances y desafíos de la capacitación en materia de emergencias y contraincendios. Como parte de su experiencia profesional, ha dirigido y compartido puestos de comando en incendios urbanos e industriales de proporciones, como Mesa Redonda (2007), Tecno Química (2007), emergencias con materiales peligrosos y desastres naturales. También ha formado parte de la Dirección del Grupo USAR-Búsqueda y rescate en Estructuras Colapsadas en los terremotos de Pisco (2007) y Ecuador (2016), entre otros.
¿Cómo ha evolucionado la capacitación del personal en lucha contra incendios y emergencias?
La capacitación ha evolucionado significativamente por diferentes factores. En primer lugar, porque la normativa nacional y los estándares internacionales así lo obligan; hay empresas que exigen que su personal y brigadistas estén entrenados bajo esas condiciones. En segundo lugar, está la mejora paulatina en la conciencia de seguridad, haciendo que la preparación marque la diferencia el día que ocurra una emergencia. En tercer lugar, ahora el entrenamiento se efectúa de acuerdo a las condiciones de ocupamiento, sea unidad minera, planta industrial, centro comercial y hospital, entre otros, teniendo en consideración la ingeniería de protección contraincendios que establece los criterios a adoptar.
¿Cómo definir un contenido adecuado para la capacitación?
Uno de los aspectos más importantes que debemos tener en cuenta para establecer un temario técnico en capacitación y entrenamiento es el tipo de negocio e instalaciones que tiene nuestro cliente. De acuerdo a ello se define el contenido técnico en lucha contra incendios y emergencias que vaya de acuerdo al tipo de operación, a sus riesgos y al plan de contingencia, lo que permitirá a los brigadistas lograr una capacitación apropiada.
¿El aspecto sicológico también debe considerarse?
La formación del brigadista o respondedor de emergencias debe incluir un componente emocional. Cuando afrontamos situaciones de crisis, la capacidad mental de las personas hace que respondamos de manera especial. ¿Cómo logramos que este impacto sea menor? Hoy en día hay una serie procedimientos sicológicos que ayudan a mantener equilibrio sicológico en las personas que responden a emergencias. En los entrenamientos y capacitaciones utilizamos casuística que ayuda muchísimo a entender con claridad que, cuando enfrentamos situaciones de emergencia, estamos expuestos a situaciones especiales.
Las operaciones mineras están en constante cambio, ¿cómo influye en la capacitación?
En el caso de las unidades mineras, que generalmente están apartadas de las zonas urbanas, deben desplegar un entrenamiento permanente, identificando los riesgos a los cuales se podrían enfrentar y los escenarios en los cuales podrían tener una contingencia.
La capacitación y entrenamiento en emergencias debería ser teórico-práctico, lo que debe ir de la mano con el equipo adecuado que debería tener la brigada. En el caso de las empresas de la gran minería, por ejemplo, están identificando permanentemente los tipos de escenario que podrían presentarse y, de acuerdo a ello, establecen los protocolos de capacitación y entrenamiento.
¿Cómo lograr una mayor efectividad en el entrenamiento de las brigadas?
El entrenamiento especializado en control de incendios ha avanzado; sin embargo, necesitamos desarrollar entrenamientos mucho más estructurados, con brigadas equipadas adecuadamente, con escenarios especiales de fuego, sea industrial o urbano, y entender las diferencias. Ello hará que el entrenamiento sea más eficiente y efectivo.
¿Qué oportunidades de mejora identifica?
Una de las preocupaciones que debemos considerar a nivel industrial y urbano es acentuar el desarrollo de la cultura de seguridad. Que todos entiendan que desarrollar la conciencia y las capacidades es fundamental para la protección de la vida. A ello se asuma un entrenamiento eficiente y apropiado, que vaya en concordancia con los escenarios o riesgos a enfrentar. Debemos entender que la cultura de seguridad y prevención son pilares para afrontar estos acontecimientos adversos.
fuente : revista minera