Enfermeras denuncian a través de este hashtag las situaciones machistas que sufren a diario en las consultas
Abrir Google, teclear en el buscador la palabra ‘enfermera’ y esperar a ver las imágenes que aparecen. Disfraces de mujeres con cofia, pijamas con escote, jóvenes mirando desafiantes con una jeringuilla en mano o uniformes que llevan al descubierto hombros y piernas. Este es el contenido rancio y denigrante que sigue pululando en la red. Una imagen sexista que se continúa ‘vendiendo’ sobre la Enfermería y que nada tiene que ver con la profesión. Se trata de un colectivo que sufre a diario escenas violentas, situaciones ofensivas y machistas, que desde el pasado mes de octubre se están dando a conocer en redes sociales a través del hashtag#MeTooNurse.
Esta etiqueta nació después del movimiento #MeTooFisio, una iniciativa que llevaron a cabo las compañeras fisioterapeutas en Twitter y en la que muchas narraban la violencia machista que sufrían en sus trabajos por parte de pacientes y compañeros de profesión. El enfermero Isidro Manrique (@uciero en Twitter) fue el precursor de este hashtag de denuncia como el de las fisios.
A través de Instagram este profesional sanitario compartió lasexperiencias que otras enfermeras y enfermeros le notificaban a través de sus stories. Rápidamente las situaciones que se denunciaban en esta red social comenzaron a aparecer también en Twitter, otra de las plataformas que ha servido para hacer públicas las situaciones sexistas y la violencia sexual que sufren las enfermeras.
“Ten cuidado cuando me laves con la esponja no se me vaya a poner dura”; “¡Qué bueno es tener una enfermera maja y con un buen culo que te cuide!», “Enfermera no tengo sensibilidad en el miembro, ¿me echas una mano?” o “Ese paciente que cuando lo giras en la cama aprovecha para tocarte el culo o las tetas haciéndose el despistado” son algunos de los comentarios reales que se pueden leer con el hashtag.
Un acoso que también sufren ellos
Aunque la Enfermería sea una profesión mayoritariamente feminizadatambién hay un porcentaje de hombres que se decantan por esta carrera y (lamentablemente) ellos también son víctimas de situaciones así.
“El masculino también y por las propias compañeras incluso…Yo me acuerdo de prácticas 3 enfermeras me encerraron en el control e intentaron desnudarme entre risitas y tocamientos”, esta era una de las denuncias que Isidro Manrique compartía de otro compañero en su blog.
“En mi primer contrato de trabajo una paciente me agarró del pene al girarla mientras la estábamos aseando” o “en mi primera práctica como enfermero, una de las auxiliares me cogía del cuello del uniforme o me rodeaba con los brazos cada vez que hablaba conmigo. Me puso de mote: ‘mi bomboncito’”, eran otras de las situaciones que se publicaban.