Agustín Ciapponi, coordinador e investigador del Centro Cochrane Argentina, ha explicado a REDACCIÓN MÉDICA que la evidencia científica en Ciencias de la Salud se puede manipular, por lo que se deben reanalizar los datos primarios, reproducir protocolos de investigación y hacer una lectura crítica de cualquier investigación.
“Se deben volver analizar los datos primarios y reproducir el protocolo de investigación para ver si no hubo algún tipo de desviación”, ha dicho.
Ciapponi ha explicado que “el caso de la paroxetina”, una droga antidepresiva que fue utilizada en los adolescentes fue un caso de enorme repercusión en la Medicina porque se demostró que había sido manipulada la evidencia científica de la investigación y el medicamento tuvo un impacto directo en el aumento de suicidios adolescentes en Estados Unidos.
Según su explicación, este estudio fue muy influyente en 2001 y aseguraba que la paroxetina era un medicamento eficaz y seguro para tratar la depresión en adolescentes, a pesar de que muchos psiquiatras sospechaban que los jóvenes que consumían el fármaco podían tener comportamientos suicidas.
Posteriormente esta sospecha fue demostrada por una agrupación internacional, que con el apoyo de organismos académicos muy importantes, lograron que la empresa que fabricaba la droga publicara los datos de la investigación para reanalizarlos. “Es así que se comprobó que en lugar de ser seguros y eficaces, tenía una cantidad de efectos adversos y entre ellos la ideación o intento de suicido”, ha comentado el investigador.
Para Ciapponi, este caso pone “en el tapete” a todo el sistema de producción y difusión de la evidencia científica, ya que se cometieron una enorme cantidad de errores, como por ejemplo los autores no revisaron todos datos, aparecieron escritores fantasmas, problemas metodológicos por no seguir los protocolos, se ocultó información, entre otros.
“Fue un enorme fraude científico, hasta ahora no se ha corregido el estudio, ni las revistas que publicaron la investigación así como las universidades que albergaban a quienes firmaron la publicación se han retractado”, sostuvo.
En este contexto se debe exigir que todos los estudios presenten los datos primarios públicamente para que otros investigadores intenten analizar y reproducir los protocolos para que no se den este tipo de casos, agregó.
“Creo existen muchos datos que damos por ciertos y que probablemente no lo son, pues ahora la industria ya conoce muy bien cómo escribir los estudios, algunos hasta llegan a ser mejores que los académicos. Actualmente ha queda evidenciado el fraude científico, el ocultamiento deliberado de la información y cómo fallan los sistemas de control”, ha dicho Ciapponi.
Por este motivo el investigador ha recomendado “no confiar en el prestigio de los investigadores, ni de las revistas que publican. Hay que exigir el tener acceso a toda la información primaria y hacerle una lectura crítica a toda la evidencia que se nos cruce ya que las trampas vienen por varias vías, solo así podremos llegar a la verdad”, concluyó Ciapponi.