Una profesional denuncia en Twitter los inadecuados ‘piropos’ de un paciente y la impotencia sufrida
A pesar de llevar casi dos décadas completas en el siglo XXI, hay gente que parece vivir todavía en la Edad de Piedra. Sobre todo en cuanto al uso del machismo y los tópicos asociados a las profesionales sanitarias. Y, entre las más perjudicadas, están sin duda las enfermeras.
Es el caso que ha sufrido Nuria del Amo, profesional muy activa en la red social Twitter, cuya denuncia –o más bien desahogo– acumula más de 525 ‘me gusta’ y 85 retuits en tan solo unos días.
“Ayer andando por uno de los pasillos de mi hospital, un ‘caballero’ se me acercó y me dijo: ‘cómo me ponen las enfermeras pelirrojas”, cuenta, y expresa su impotencia: “Lo único que se me ocurrió decirle fue: ‘y lo poco que me ponen los gilipollas’. Ahora lo pienso y me dan ganas de haberle dado un guantazo”.
Ayer andando por uno de los pasillos de mi hospital, un “caballero” se me acercó y me dijo: “cómo me ponen las enfermeras pelirrojas”. Lo único que se me ocurrió decirle fue: “y lo poco que me ponen los gilipollas”. Ahora lo pienso y me dan ganas de haberle dado un guantazo— Nuria (@nuriadelamo1) 29 de diciembre de 2018
El tuit de Del Amo ha recibido gran cantidad de respuestas, la mayoría empatizando con su sentimiento de acoso. Pero también con la incomprensión (intencionada o no), como han vaticinado algunas tuiteras.
“Y lo peor es que a veces explicas estas situaciones y alguien te dice: hombre, no te lo tomes así, ¡es un piropo!”, señalaba otra usuaria, que valoraba ese tipo de comentarios como “una falta de respeto”.
Y lo peor es que a veces explicas estas situaciones y alguien te dice: hombre, no te lo tomes así es un piropo !
A lo que yo contesto: y si soy yo quien dice ese comentario a un paciente?
A mí me parece una falta de respeto— Nati Real (@NatiReal1) 30 de diciembre de 2018
Otros usuarios han conminado a denunciar, a lo que la enfermera ha lamentado la desprotección que sufren estas profesionales. En una experiencia anterior “un paciente me agredió hace no mucho y rompió la puerta de la consulta y no le pasó absolutamente nada”.
Los casos comentados por Del Amo no son extraños para muchas enfermeras, pues forman parte del día a día que tienen que aguantar estas profesionales en los centros de salud y hospitales de nuestro país.