Los profesionales sanitarios «no están preparados para el cambio climático»

Hay muchas enfermedades que están a punto de crecer como resultado de la crisis del clima

Investigadores del Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado (Estados Unidos) han alertado de que los profesionales sanitarios de todo el mundo «no están preparados para la magnitud del cambio climático» que va a experimentar nuestro planeta en los próximos años, y que producirán un cambio también en la incidencia de las enfermedades.

En su trabajo, citan como ejemplo una epidemia de enfermedad renal crónica que ha matado a decenas de miles de trabajadores agrícolas en todo el mundo. «Es solo una de las muchas enfermedades que están a punto de crecer como resultado del cambio climático. Pero podemos aprender de esta epidemia y elegir un camino más sabio», explica Cecilia Sorensen, autora principal del trabajo, que se ha publicado en la revista New England Journal of Medicine.


Olas de calor y enfermedad renal crónica

La enfermedad renal crónica de origen desconocido es ahora la segunda causa principal de muerte en Nicaragua y El Salvador. El número de muertes por esta enfermedad aumentó un 83 por ciento en Guatemala en la última década. La causa exacta de la enfermedad, que afecta a los trabajadores agrícolas en climas cálidos especialmente duros, sigue siendo desconocida. No se alinea con la típica enfermedad renal crónica que suele estar asociada con la diabetes y la hipertensión.


«Estamos viendo que la temperatura media global aumenta gradualmente, pero uno de los mayores riesgos son las olas de calor»

«Lo que sí sabemos con certeza es que está relacionada con la exposición al calor y la deshidratación. La exposición a pesticidas, metales pesados, agentes infecciosos y la pobreza también podrían tener que ver», asegura la investigadora.

Los trabajadores de la caña de azúcar en América Central, que a menudo trabajan con exceso de calor y ropa pesada, suelen ser víctimas de la enfermedad. Sorensen recuerda que hay evidencia científica de que la exposición constante a altas temperaturas puede causar daño renal crónico. «No pueden decir que hace demasiado calor, no quieren ir a trabajar al campo. Si no trabajan, no comen esa noche», lamenta.


Aumento gradual de la temperatura media global

La enfermedad también está apareciendo en Estados Unidos en lugares como Florida, California y el Valle de San Luis en Colorado. «Y cuanto más calor haga, es más probable que aumente junto con otras enfermedades. Estamos viendo que la temperatura media global aumenta gradualmente, pero uno de los mayores riesgos son las olas de calor», advierte.

Según la investigadora, los profesionales sanitarios «no están preparados» para el tipo de olas de calor que se vienen. «Si queremos abordar tanto la enfermedad renal crónica de origen desconocido como otras enfermedades relacionadas con el clima, tendremos que integrar la información medioambiental en las prácticas clínicas y de salud pública y crear sistemas sólidos de alerta temprana centrados en las comunidades vulnerables y en las enfermedades sensibles al clima», concluye.

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