«Dime, qué hiciste hoy en el trabajo?»
Esta simple pregunta puede sentirse como un derechazo directo a tu mente. Has estado coordinando los horarios para las reuniones, juntando las firmas para la tarjeta de cumpleaños para el jefe y te pasaste una hora, que no habías contemplado, corrigiendo errores tipográficos en un informe del equipo.
Llegas al final día exhausto y sin un resultado que realmente muestre toda la energía que gastaste en hacer un millón de cosas.
Por mucho que intentes medir tu productividad con listas de pendientes, horas trabajadas, proyectos completados, y otros métodos de cuantificación, hay mucho trabajo que haces a diario que es invisible—y que puede ser igual de exigente y tardado como el trabajo que tienes planeado.
Al trabajo invisible se le llama estrés mental, y esconderlo debajo de tu trabajo «oficial» hace que seas mucho menos productivo. Si tú y tu equipo no hablan de los síntomas de estrés y ansiedad en la dinámica de grupo, estarán más estresados y serán menos exitosos. Hablar de ello es como combates este estrés laboral.
Si tú y tu equipo sienten que colectivamente no pueden sentirse creativos, en sincronización y valorados de igual manera, entonces es tiempo de tomar cartas en el asunto para saber qué tanto está sobrecargando tu trabajo.
¿Qué es el estrés mental y cómo puedes combatirlo?
El estrés mental es la suma de todas las responsabilidades que asumes para poder gestionar «ser el calendario recordatorio del equipo». Tiene que ver con el trabajo emocional que definió Arlie Hochschild en 1983 en el libro The Managed Heart: Commercialization of Human Feeling (La gestión del corazón: la comercialización de los sentimientos humanos), como el proceso de gestión de las emociones y relaciones con los demás para poder ser más exitoso en tu trabajo.
En entornos grupales, algunos miembros del equipo se atribuirán trabajo extra para que el grupo siga funcionando feliz y saludable, aunque no sea una responsabilidad que sea reconocida. Ah, y si les suena familiar es porque es una parte central del discurso feminista—la labor emocional es una responsabilidad abrumadora que se le impone a las mujeres.
A este popular comic, de un autor francés anónimo bajo el seudónimo de «Emma», se le puede atribuir en gran parte haber llevado el concepto de «estrés mental» al frente de la conciencia colectiva de la cultura occidental, y el problema que ello conlleva en la organización de muchos hogares basados en los roles tradicionales dependiendo del género.
El comic señala que a uno de los cónyuges (generalmente la mujer) se le designa como el encargado de «recordar», mientras que el otro (generalmente el hombre) adopta un enfoque más aislado sobre lo que debe hacerse. Este trabajo de recordar siempre es prioritario para el «administrador», así que aunque haga su parte del trabajo, al final eso no le da tranquilidad y empieza a tener síntomas de estrés y ansiedad.
Fuente: Las guerras sobre las tareas del hogar: un comic feminista
En otras palabras, una persona siempre está preocupada y siempre se esfuerza por coordinar todas las piezas del tablero, mientras que el otro espera pasivamente para tomar acción:
«Debiste preguntarme. Te hubiera ayudado.»
En casa, el estrés mental generalmente se puede describir así: coordinar los horarios de los niños, agendar citas con el médico, planear las comidas de las festividades, estar al pendiente de que no se acabe la leche o el detergente, todo esto mientras haces la lista del supermercado con todo lo demás que falta.
¿El resultado? El «administrador» designado en estos hogares termina por hacer más trabajo que su contraparte, porque administrar todo eso requiere un esfuerzo mental y por tanto un esfuerzo físico para llevarlo a cabo.
Por ejemplo, la mujer de este hogar está pensando en los quehaceres que se deben hacer, así que le pide a su compañero que vacíe el lavatrastes. Cuando llega a casa, ella nota que sí vació el lavatrastes, pero que hay una montaña de trastes en la tarja sin lavar. Ella decide lavarlos en vez de pedir ayuda.
Fuente: Las guerras sobre las tareas del hogar: un comic feminista
Cómo combatir el estrés laboral
En el trabajo también se puede presentar el estrés mental. Son todas esas pequeñas acciones que tomas para mantener el buen funcionamiento del equipo, que pueden o no ser parte de tu trabajo. Es trabajo «recordatorio» del estilo:
- Revisiones rápidas para ver si los demás están cumpliendo con su parte en los proyectos;
- Haciendo el trabajo de campo para agendar las reuniones, generar los enlaces para las videollamadas, garantizar la asistencia, tomar notas y facilitar la comunicación en general;
- Mantener la cohesión del equipo con cosas como las firmas para las tarjetas de cumpleaños y la planeación de los eventos después del trabajo;
- Ser el guardián del formato en los reportes de equipo para que estén listos para la revisión del gerente;
- Siempre investigando en los reportes de datos porque sabes cómo usar el software o tienes la contraseña para entrar;
- Hacer el café si todo tu equipo está en el mismo lugar, o si tú no estás en el mismo lugar…
- Siempre ser el primer miembro del equipo remoto en romper el hielo y saludar a todos en el chat del equipo.
Como «Emma», el creador del comic escribió en una escena:
«Es un trabajo permanente y agotador. Y es invisible.»
Si te encuentras asumiendo la mayor parte de las tareas de organizaciónpara tu equipo cuando en realidad no son una parte central de tu función laboral, podrías estar acumulando estrés mental que te impide hacer otras cosas que sí son importantes para ti y tú equipo.
Cómo combatir el estrés laboral sin peleas
Cuando pasamos más de 40 horas por semana con nuestros compañeros de trabajo, bien podemos aplicar el concepto de hogar o familia a nuestra «familia laboral».
Los hábitos que desarrollamos en casa para no hacer las cosas que no nos gustan (¿les suena los baños y las facturas?) tienen un vínculo directo con el concepto de holgazanería social en el trabajo: las personas tienden a tomar más la iniciativa cuando una responsabilidad se les encarga exclusivamente a ellos que cuando trabajan en grupo.
«Debiste preguntarme. Te hubiera ayudado.»
¿Qué es lo que puedes decir cuando ves la suma de todas las interacciones entre tu equipo y los espacios en el trabajo como si fuera un hogar? ¿Existe una distribución equitativa de los esfuerzos dedicados a esas pequeñas tareas de equipo que son necesarias para mantenerlo todo funcionando sin problemas?
Antes de que salgas disparado a pelear con tu equipo por su constante expectativa de que tú seas el encargado de enviar las invitaciones, tal vez primero debes considerar esta pregunta: ¿por qué asumes todas estas cargas de trabajo cuando técnicamente no son responsabilidad tuya?¿Por qué aceptas cargar con estrés mental?
Estas son algunas de las justificaciones más utilizadas para asumir la carga de estrés mental :
- Es posible que la presión social te haya llevado a sentir el deber y la expectativa de que es tu responsabilidad. Esto es particularmente pertinente para personas que fueron educadas como «cuidadores» en muchas culturas.
- Te hace feliz ayudar a los demás. Cuando das el primer paso y tomas la iniciativa en los esfuerzos de organización, te gusta la recompensa de saber que estás ayudando a mantener al equipo funcionando.
- Por otra parte, es común tenerle miedo al fracaso o a la culpa cuando las cosas no salen como esperábamos (o correctamente), así que dejas que ese miedo te lleve a asumir trabajo extra que se debería dividir entre todos.
- Probablemente tu función en el trabajo encaja dentro una jerarquía, y la posición que tienes en el equipo te da la libertad de aceptar o delegar tareas.
Cualquiera que sea la razón, existe un límite razonable en las tareas «extra» que se espera que tú lleves a cabo. Estas deben estar acorde a la descripción de tu trabajo y los resultados deben cuantificarse para medir el éxito en el puesto.
¿Pero en dónde empiezas? Explorar tus instintos básicos para combatir el estrés mental, puede ser de ayuda para idear una mejor manera de distribuir las tareas con todo el equipo.
También te puede ayudar a empatizar con los miembros de tu equipo sobre su experiencia al asumir dicho trabajo. En un experimento en el que una pareja trató de igualar el estrés mental en su hogar, la autora observó que su lista de tareas era sorprendentemente similar a la lista de su esposo:
«No puedes saber el grado de estrés laboral con que tu compañero está lidiando.»
Es posible que no te des cuenta que otras personas en el equipo se están encargando de otras cosas que disminuyen tu carga de estrés mental.
Una palabra para las familias con trabajo remoto: las relaciones a larga distancia son difíciles. Así que imagina lo complicado que es mantener el hogar de tu familia laboral cuando todos viven en lugares distintos. Para los equipos remotos, la carga de trabajo invisible puede volverse muy rápidamente un problema grave porque las relaciones de trabajo se extienden a distintas ciudades y en distintos horarios. La empatía y la comunicación en el equipo son todavía más importantes cuando no puedes simplemente ir al escritorio de tus compañeros y ver en qué están trabajando.
Cómo combatir este estrés laboral (distribuyendo equitativamente el trabajo)
En resumen, estas son algunas cosas que generan estrés mental:
1️⃣ Tareas que no requieren de la opinión de todos, pero siempre necesitas preguntar (o siempre te preguntan) de todos modos.
2️⃣ Asumir las tareas de otros porque tú eres «mejor para eso» o eres «m´ás rápido para eso», aunque sean habilidades que todos tienen la capacidad de aprender.
3️⃣ Recordatorios y registros porque no existe la confianza de que el trabajo se hará a tiempo sin ese tipo de control.
En todos los equipos, están los gerentes y los que hacen. Tienen distintos papeles, así que es normal que sus síntomas de estrés y ansiedad también sean distintos. Por ejemplo, un gerente debe asumir más operaciones de «gestión de equipo», como garantizar que el proyecto se complete antes de la fecha límite y eliminar obstáculos que puedan retrasar a los que hacen.
Sin embargo, algunas tareas y comportamientos caen afuera de la descripción del trabajo, y esas deberían atenderse equitativamente entre todo el equipo para poder combatir el estrés mental:
- Mantener al equipo informado sobre tu trabajo con una cadencia regular.
- Mantener tus propios artículos en las herramientas de gestión del proyecto o realizar un seguimiento actualizado.
- Saber el presupuesto o los materiales que necesitas para poder terminar el trabajo, y hacerte responsable de hacer las solicitudes correspondientes.
- Actividades recreativas como los cumpleaños y vacaciones.
El patrón aquí es tomar la iniciativa para ser un miembro activo del equipo que contribuye. Tu gerente no debería tener que recordarte todos los viernes por la mañana que tienes que enviar las actualizaciones de tu proyecto. Tampoco se debería esperar que tú seas el que siempre haga las órdenes del almuerzo porque eres el que está más cerca de la puerta de entrega.
Dicho de otra manera, las palabras «proyecto de grupo» no deberían hacer que te den ganas de salir disparado para tomar vacaciones.
Alicia Grandey, una sicóloga organizacional industrial en la universidad de Penn State, dijo esta apropiada metáfora en una entrevista reciente para Quartz sobre el precio de la labor emocional:
«Es como cuando regalas algo que en realidad no te gusta, pero tienes que sonreír y actuar amablemente porque si no tu tía Lupita se ofende. Pero tienes que hacer eso todo el día. Y no sólo eso, sino que es explícitamente una parte de tu trabajo. Esta ligado a tu salario y tus resultados, y si no lo haces, hay consecuencias—como perder tu trabajo o puedes incluso meterte en problemas. Y es con extraños la mayor parte del tiempo.»
Entre más trabajo invisible te atribuyas «porque sientes la presión por ser dedicado», menos sabrás si tu motivación se debe a un gusto o a una obligación. Esta lucha no sólo afecta tus niveles de estrés, sino que te programa para disfrutar menos de tu trabajo y disminuir tu rendimiento con el paso del tiempo.
Así que. Si cada miembro del equipo toma la iniciativa para responsabilizarse por «el manejo del hogar», entonces ya puedes combatir el estrés laboral:
- Trabaja en las normas sociales del equipo para crear conciencia y hábitos de gestión de grupo e integrarlo en el trabajo de equipo.
- Ayúdense entre ustedes para resaltar los momentos en los que una o pocas personas en el equipo hacen siempre el trabajo de «recordar». Tal vez sería buena idea darle una encuesta anónima sobre la carga de trabajo a tu equipo y crear un espacio seguro para poder dividir estas tareas.
- Implementa un calendario rotativo para las tareas de gestión del equipo como las actualizaciones de la compañía, planeación de eventos y reuniones.
- Y, como en Trello, no hagas nada. Evita la holgazanería social en tu equipo alentándose mutuamente para tomar la iniciativa y encontrar soluciones a los problemas cuando surgen, sin importar el rango o la función.
Como Leah Ruppanner de ABC Australia hace notar:
«Asegurarse que toda tu familia tenga calcetines limpios y almuerzos listos, no es algo que puedas poner en tu currículum vitae.»
Tampoco puedes poner todas esas pequeñas tareas que mantienen al equipo funcionando sin problemas en el trabajo—especialmente si esas tareas se mantienen invisibles y no se distribuyen equitativamente.
Cuando todos participan en la gestión del equipo, todos los miembros del equipo crecen profesionalmente y construyen relaciones sólidas que serán muy útiles para tu lista actual de pendientes y tu futuro éxito en el trabajo. Tómate un tiempo para confrontar ese tema obvio del que nadie quiere hablar, y quítate y quitale ese peso del trabajo invisible de encima a ti y a tu equipo.
Traducido por Brenda Vargas