El Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia se conmemora el 24 de marzo de cada año, es una fecha perteneciente a los días feriados inamovibles y los actos en torno al día se realizan oficialmente desde el año 2003.
Este día nace en recordatorio a las más de 30.000 personas desaparecidas y torturadas durante la dictadura cívico-militar instaurada por Jorge Rafael Videla en 1976.
Se considera esta fecha una jornada de reflexión social sobre las peligrosas consecuencias que ocasiona la pérdida de los derechos civiles y los espacios democráticos. De igual manera, supone un acto de respeto hacia las familias afectadas durante estos años, que fueron, muchas de ellas, separadas o desterradas del país.
Desde las escuelas se proponen actividades educativas, para que los niños y jóvenes comprendan e interpreten los peligros sociales que acarrean las dictaduras, y, por ello, estas labores están enfocadas en la comprensión del necesario cumplimiento de la constitución nacional y la democracia.
Las autoridades gubernamentales y representantes oficiales realizan ofrendas florales acompañados por miembros de las diferentes comunidades. Los actos gubernamentales incluyen oraciones religiosas y se realiza, además, un minuto de silencio en recuerdo a las víctimas.
Institución de la conmemoración
Luego de la vuelta a la democracia en 1983, el 24 de marzo de ese mismo año, las madres de la plaza de Mayo, movimiento instituido para la búsqueda de hombres, mujeres y niños desaparecidos, realizaron la primera marcha en conmemoración de todas las víctimas.
En el año 2001, el Congreso de la Nación Argentina creó oficialmente, bajo la ley 25.633, el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, en la gestión del entonces presidente Néstor Kirchner; convirtiéndose, desde el poder ejecutivo nacional, en un día feriado no laborable.
El Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia nos recuerda los alcances sociales que pueden tener las dictaduras en un país, además de la paulatina destrucción y complejidad que acarrea vivir bajo el control absoluto del Estado.
La sociedad argentina mantiene presente este día con la convicción de que, sólo desde el recuerdo constante, podemos garantizar no repetir una etapa tan oscura de la historia.
Actividades conmemorativas
El Museo de la Memoria organiza festivales musicales, de poesía y espectáculos diversos. Los representantes de los derechos humanos acompañan todos los actos y se realizan marchas, una de ellas, la más conocida, es la de las madres de la plaza de Mayo, que se erige como una insignia del reclamo de justicia por todas las desapariciones.
En la provincia de Córdoba la conmemoración se extiende por una semana, entre el 18 y el 24 de marzo, bajo decreto emitido en el 2017.
En la municipalidad de Colonia de Caroya se realiza, igualmente, una marcha y el Fogón de la Memoria la Verdad y la Justicia, ambos actos son organizados por los representantes de los derechos humanos y sociedad civil que residen en esa comunidad.
La provincia de Santa Fe organiza actos de danza, música y exposiciones artísticas.
En la ciudad capital de Buenos Aires, la jornada comprende las mismas actividades culturales de otras municipalidades; las madres y representantes de las diferentes organizaciones de derechos civiles realizan discursos que mantienen presentes en la memoria los actos violatorios ocurridos durante los años en que se desarrolló el régimen autocrático.
Historia de la dictadura cívico-militar
La dictadura cívico-militar sucedió entre los años 1976 y 1981. Este periodo histórico se autodenominó Proceso de Reorganización Nacional, también conocido como “el Proceso”. El régimen se encontraba sistematizado y delimitado por el Plan Cóndor, que fue una coordinación entre las distintas dictaduras existentes en países del Cono Sur: Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
La organización económica quedó relegada a organizaciones civiles, que apoyaron el golpe de Estado, y los índices de pobreza, durante dicho periodo se duplicaron hasta alcanzar a un tercio de la población.
Durante la dictadura de Videla se violaron, sistemáticamente, los derechos humanos, se cometieron incontables crímenes de lesa humanidad y se aplicó terrorismo de Estado contra la población.
La sociedad estaba sometida a los designios militares y una gran cantidad de ciudadanos argentinos fueron secuestrados, separados de sus familias forzosamente, y, en muchas oportunidades, desaparecidos.
Las manifestaciones culturales fueron sometidas a las pautas militares, quedando prohibidas obras de teatro, películas, canciones, revistas y libros que se consideraban subversivos.