Calidad de vida laboral. Trabajo, salud y vida.

Al trabajar en condiciones inadecuadas perdemos salud, con lo cual acortamos vida. ¿Es necesario elegir entre trabajo, salud y vida?.

 

Es evidente que la calidad de vida laboral está estrechamente relacionada con las condiciones de trabajo. Estas, por definición, son cualquier característica del mismo que pueda tener influencia en la aparición de riesgos para la seguridad y salud del trabajador. Del mismo modo, riesgo laboral es la posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño derivado de su trabajo. Con lo cual, con este último término hacemos referencia a enfermedades, patologías y lesiones sufridas con motivo u ocasión del trabajo. Por tanto, dichas patologías (mentales) tales como el estrés laboral o el Burnout.

Una calidad de vida laboral afectada por una gestión de unos factores psicosociales determinados supone considerar a dicha calidad de vida como dinámica en una organización del trabajo. Este proceso no estático debería mantener y aumentar el bienestar psíquico del trabajador, y esto significa su aumento del rendimiento. El trabajo tiene dos destinos que pueden llegar a ser completamente opuestos como para dirigirse hacia la desgracia, o por el contrario llegar a alcanzar una mejora de salud e identidad personal. Para el trabajador que desempeña su labor en una cadena, el no saber el significado de su trabajo supone, además, que dicha tarea carece de significado humano, algo que es aún peor. ¿Qué puede pensar un trabajador si la tarea que realiza le devuelve  el sentido de lo que hace?. En mi opinión, define a la tarea como más honorable, llena de riqueza y responsabilidad. Esto significa identidad y variedad de tareas, en definitiva calidad de vida laboral.

Para algunas personas evitar el riesgo supone un sacrificio, a mi juicio supone valentía. Direccionar nuestra conducta hacia la seguridad y la salud equivale a vida laboral, a esa calidad en el trabajo a la que hago referencia. Christophe Dejours en su libro El desgaste mental en el trabajo atestigua que “el trabajo no produce sufrimiento, el sufrimiento es el que produce trabajo”. En mi opinión caben ambas aseveraciones. Unas condiciones de trabajo (propiedades que pueden suponer riesgos) desajustadas con relación a nuestras capacidades de decisión personales (evitar el riesgo), más pronto que tarde supondrá sufrimiento. Sin embargo, acomodar nuestras competencias a las requeridas por las condiciones de trabajo, no me cabe la menor duda, evitarán dicho sufrimiento o accidente laboral. Si una persona no sabe o no quiere o no puede evitar un riesgo, el sufrimiento (consecuencia de la conducta de riesgo) podría llegar a significar más trabajo que no evitarlo.

Nuestra calidad de vida en el trabajo no sólo depende de los otros. También nosotros somos responsables y de hecho nos tenemos que obligar a serlo. Utilizar un equipo de protección individual, recriminar conductas de riesgo, enseñar a los otros que existen otras formas de trabajar más seguras…. todo esto y más es calidad de vida laboral. ¿Y para los otros?, ¿Cómo pueden mejorar nuestra calidad de vida laboral?. Diseñando una organización del trabajo en el que exista, por ejemplo entre otras cuestiones, la participación de los trabajadores en relación a la realización de sus tareas, el enriquecimiento progresivo de los puestos, la creación de motivadores intrínsecos y la defensa de un estilo de liderazgo democrático.

En definitiva, la calidad de vida laboral no debe tener tres direcciones opuestas, sino una única en la que la meta a conseguir sea humanizar el lugar de trabajo dando respuestas a las necesidades de los trabajadores. La calidad de vida laboral es reconocer que los puestos de trabajo, la organización y la gestión del trabajo, es decir las condiciones en trabajo pueden suponer riesgos para la salud del trabajador. Y que si no hay una gestión adecuada de estos, se producirán los daños. Calidad de vida laboral es trabajo, es salud y es vida.

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