Indeseable y molesto, el ruido es uno de los principales generadores de pérdida de la audición. A pesar de ello, pocas veces se le presta adecuada atención, aseguran médicos del Instituto Nacional de Rehabilitación de México. Ante el daño auditivo que es irreversible, debe eliminarse la exposición, disminuir la intensidad del sonido y del tiempo de exposición.
La hipoacusia y el daño cocleovestibular, secundario a exposición a sonidos de gran intensidad, durante un lapso en más de una ocasión, también se le denomina daño inducido por ruido o trauma acústico. Dado el desarrollo tecnológico e industrial es frecuente encontrar este problema. El ruido está presente en casi todas las empresas, el sonido recreacional también es origen de alteraciones de la audición, en especial en los músicos y ambientes laborales de la industria del entretenimiento. El ruido es un contaminante ambiental al que casi no le prestamos atención.
El ruido se define como sonido indeseable y molesto para el oído humano, es un sonido complejo aperiódico, cuya forma de onda no se repite, varía sin cesar y en la mayoría de los casos el contenido en frecuencia varía al igual en el tiempo. La OMS y la Organización Internacional del Trabajo lo definen como todo sonido indeseable.
La exposición súbita y aguda al ruido de alta intensidad tiene efectos diferentes ante la exposición prolongada y crónica.
Traumo acústico agudo
Dentro de los sonidos inestables se encuentran los sonidos transitorios y los de transición.
Los transitorios son producidos por impulsos o por impactos. Se trata de sonidos que se caracterizan por un incremento repentino de la presión sonora con descenso también abrupto de la misma, cuya duración no excede de 0,5 seg, como sería una explosión, detonación, impactos de un cuerpo sólido contra otro.
Los sonidos de transición se caracterizan por un incremento repentino de la presión sonora, manteniéndose en un nivel constante, durante un tiempo breve superior a 0,6 seg, seguido de un descenso rápido, producidos por escape de aire o vapor, silbato de una locomotora.
El daño auditivo se produce cuando el intercambio de la presión en ambos tipos de sonidos es superior a los límites de resistencia anatómica y fisiológica del oído medio y oído interno (arriba de 80 dB NPA). Las estructuras celulares del órgano de Corti pueden sufrir alteraciones transitorias determinadas por ascensos o descensos del umbral mínimo de audición, que caracterizan al fenómeno denominado “perturbación temporal del umbral” las cuales son reversibles.
Dependiendo de la magnitud de la presión acústica, la membrana timpánica puede romperse o producirse luxaciones en las articulaciones de los huesecillos o fractura de estos. El impacto violento sobre los líquidos del oído interno puede destruir parcial o totalmente la membrana basilar y de Reissner, así como las estructuras celulares del órgano de Corti, lo que produce una perturbación permanente del umbral, la cual es irreversible.
La complicación más común cuando ocurre la ruptura timpánica es una otitis media supurada, cuya evolución puede llevar a una hipoacusia total si no se trata oportuna y adecuadamente, puede quedar una otitis media adhesiva crónica irreversible.
Después de una exposición los cambios anatómicos van desde una ligera inflamación o deformación de las células pilosas externas, hasta el daño completo del órgano de Corti o ruptura de la membrana de Reissner.
La endolinfa puede estar llena de detritos provenientes de las células pilosas destruidas, además del edema de la estría vascular que aparece a la hora de la exposición, puede persistir varios días.
Pueden afectarse el utrículo, sáculo y conductos semicirculares, ocasionado el daño por el movimiento violento de la endolinfa, pueden ser temporales o permanentes ( si se llegan a destruir las células).
Trauma acústico crónico
Los sonidos cuasi estables se caracterizan por tener variaciones caóticas en la presión acústica y sus componentes de frecuencia. Cuando la exposición es constante y prolongada a este tipo de sonidos, así como a sonidos estables, sonidos transitorios repetidos y sonidos de transición repetidos cuya magnitud de presión acústica es igual o superior a los valores máximos permisibles, se producen alteraciones transitorias o permanentes en las estructuras del órgano de Corti, llamadas cortipatía por trauma acústico crónico.
El daño auditivo inducido por ruido tiene relación directa con ciertos factores:
- Intensidad del ruido: mayor intensidad mayor daño.
- Características físicas del sonido: si tiene entre 750 Hz y 1000 Hz los efectos son mayores a los producidos en otras frecuencias.
- Tiempo de exposición: mayor tiempo, mayor lesión.
- Tipo de ruido: el ruido continuo tiene menor efecto que el interrumpido, efecto que parece depender de la falla en el sistema muscular del oído medio, el cual parece desfasarse respecto al ruido y, por ende, se refuerza el efecto de presión acústica en lugar de amortiguarse.
- Periodo de recuperación: mayor intensidad necesita mayor tiempo para la recuperación de la función auditiva.
- Edad: el daño es mayor en los extremos de la vida.
- Susceptibilidad individual: las personas con problemas emotivos se refieren como más susceptibles, el ruido preferido como la música ruidosa produce menos alteraciones que el ruido desagradable.
- Enfermedades concomitantes. Disminuyen el efecto del ambiente ruidoso: otitis media supurada, otomastoiditis crónica, los trastornos tubarios y la otoesclerosis. Facilitan el efecto producido por el ruido: padecimientos metabólicos (diabetes), albinismo, hiper o hipotiroidismo, problemas cardiovasculares y de columna cervical.
- Uso de equipo de protección auditiva: si no se usa aumenta el riesgo.
El daño auditivo inducido por ruido crónico o habitual puede ser por microtraumas acumulativos en el tiempo, perdiéndose poco a poco las células pilosas. Puede ser también por alteraciones bioquímicas graduales que con el tiempo acarrean la destrucción generalizada de las células pilosas en forma indirecta o que el daño es producido por fatiga auditiva.
Se observa pérdida de las células pilosas externas con exposición crónica a niveles de intensidad moderada, además de que la exposición a alta intensidad causa perdida de las células pilosas internas y las estructuras de sostén.
Puede haber daño en todas las secciones del órgano de Corti, después de la exposición a ruidos de muy elevado nivel, ocasionándose daño permanente, ya que las células del órgano de Corti no se regeneran. El acúfeno secundario asociado puede ser por tasas anormales de descargas espontáneas, desacoplamiento de los estereocilios de la membrana tectoría y alteraciones bioquímicas, sin realmente existir una explicación precisa.
Fuente: seguridad minera