Tiene experiencia en gestión y una enorme ilusión por trabajar en que la sanidad en la región recupere el lugar que nunca debió perder. Opina que para gestionar, más que el título que se posea, lo que hace falta es experiencia y capacidad de liderazgo, amen de un conocimiento profundo de la administración sanitaria.
Se debate entre la gratitud hacia el consejero por su nombramiento y la responsabilidad contraída con los ciudadanos, por llevar a sus espaldas la encomienda de la sanidad en la provincia de Ciudad Real. Además de la confianza depositada por Jesús Fernández Sanz, el consejero, ha llegado al cargo con el aval recibido por las numerosas muestras de apoyo de todos los sectores, lo que le hace sentirse respaldado para afrontar todos los retos que le esperan.
PREGUNTA: Parece ser que el “techo de cristal” que impedía a los profesionales de enfermería acceder a puestos clave de gestión está empezando a romperse con los recientes nombramientos hechos en Castilla La Mancha entre los que se encuentra el suyo. ¿Empieza la enfermería a ser valorada como se merece?
RESPUESTA: Es un paso más. Entiendo que es el momento en que empezamos a tomar otras responsabilidades que antes no habían estado en la esfera de la enfermería. Sin responsabilidades de alta gestión, dirección. Es un primer paso pero hay que dar más. Tiene que ser normal que la enfermera, como otra profesión graduada universitaria, con acceso a master con enfermeras doctoras, pues se plantee que puede tener capacidad de gestión a todos los niveles.
No obstante el panorama no estará completo hasta que se empiecen a nombrar los primeros gerentes de los hospitales.
En este momento parece ser que no es posible porque hay alguna traba administrativa que impide el acceso a distintos colectivos, pero entiendo que en un ámbito de normalización sería razonable que en un corto o medio plazo se abriera también a que los profesionales de enfermería puedan tener acceso al máximo nivel de gestión sanitaria. Para ser gerente, lo que tiene que primar es la formación, la experiencia en esa gestión y, obviamente, no el título universitario.
El director provincial opina que una de las líneas importantes de actuación será la reforma de la atenión primaria. |
¿Por qué cree que le han elegido a usted para ocupar el puesto de director provincial de sanidad?
Eso habría que preguntárselo al Consejero de Sanidad. No lo sé. Para mi es un motivo de gratitud la confianza que ha depositado en mi pero también es una gran responsabilidad. Probablemente pienso que habrá pesado en su ánimo mi experiencia en gestión. Estuve en la dirección de enfermería, he estado en la coordinación de mi centro de salud. Soy una persona bastante conocida en el mundo de la enfermería y la sanidad en general… Espero no decepcionarlo y estar a la altura.
Para la enfermería qué supone que un enfermero sea el encargado de ponerle cara a la sanidad en la provincia de Ciudad Real durante los próximos 4 años?
Para la profesión enfermera es un hito en el sentido de que es la primera vez que un profesional de enfermería asume la autoridad sanitaria en la provincia. Espero que no sea la última, y que la enfermería en igualdad de condiciones con otras profesiones sanitarias opte a estos cargos. Dentro de unos años dejará de ser noticia que un enfermero sea el responsable en determinadas tareas de gestión.
No obstante persisten reticencias en determinados sectores profesionales que no ven con buenos ojos que la enfermería lidere los equipos de gestión en nuestra comunidad, ¿qué opinión le merecen los comentarios hechos por el jefe de neurocirugía del hospital de Albacete, el doctor Vicente Calatayud?
Desde que hizo aquellas declaraciones, no me he pronunciado públicamente porque, sinceramente, pienso que se descalifican por sí solas. Creo que equivoca el tiro. Para ser un director provincial de sanidad, no hace falta tener una titulación específica, pero para ser director de enfermería hace falta ser diplomado en enfermería, igual que para ser director médico, hace falta ser médico. Pero, desde luego, en ningún sitio pone que para ser director provincial de sanidad, haga falta alguna titulación concreta. Con sus palabras demuestra no estar al tanto de la actualización que han tenido los estudios universitarios, de la alta cualificación de este colectivo profesional, al mismo nivel académico que pueden estar otras profesiones tituladas. Somos grados universitarios. Eso es lo que tenemos en este momento en este país y en la Unión Europea. Probablemente esos planteamientos anacrónicos tengan su raíz en épocas pretéritas y, desde luego, nosotros como colectivo profesional no estamos donde queremos estar, aunque estamos lejos de donde estuvimos y esta es una forma de demostrarlo.
Cuando se está en un cargo como éste, obviamente eres director provincial de todos y cada uno de los colectivos profesionales que trabajan y que aúnan voluntades en la sanidad. La sanidad no es sólo la asistencia sanitaria. Aquí se trabaja en epidemiología, promoción de la salud, sanidad alimentaria, coordinación veterinaria. Que yo sea de formación enfermero, forma parte de mi curriculum y mi bagaje personal pero mi trabajo, en estos momentos, no está en ofrecer cuidados de enfermería sino que está en asumir la responsabilidad que me ha encomendado el Consejero de Sanidad y que recae en que lleve las riendas de la sanidad en esta provincia. No voy a ser ni sectario, ni a dar prebendas a ningún colectivo profesional. Mi responsabilidad la tengo clara y pasa por ser ecuánime en el trato con todos los colectivos.
RETOS
¿Cuáles son los objetivos generales que el gobierno regional tiene para esta provincia durante la próxima legislatura?
Tenemos el encargo de dinamizar la sanidad de esta región. Los cuatro años que hemos pasado, han sido un paréntesis negativo. Nunca deberíamos haber llegado hasta ahí y la sanidad que hemos recibido está desmantelada, con unos profesionales maltratados, unos servicios públicos depauperados y una población que ha sufrido los recortes sanitarios en sus propias carnes. Lo que nos toca ahora es buscar la sostenibilidad del sistema, pero no sólo eso sino que tenemos que humanizar y dignificar la asistencia. Se ha hecho el “Plan Dignifica” para que una persona sea atendida dignamente cuando llega a la puerta de un hospital. Es necesario dignificar la atención hacia el paciente, hacia las personas y los profesionales que nos hemos visto muy maltratados. Para llegar ahí, tendremos que dinamizar nuestras políticas estar muy encima de los profesionales, contando lo que hacemos, que la gente perciba que lo estamos haciendo lo mejor posible contando con los presupuestos y las herramientas de gestión que tenemos.
«El reconocimiento de la prescripción supone un marchamo más de calidad de la formación que las enfermeras y enfermeros recibimos». |
Usted que viene de la atención primaria, ¿qué modelo de gestión considera que habría que implantar para lograr una mayor optimización de recursos y lograr un salto cualitativo en la calidad asistencial?
Otra de las líneas de actuación importante pasa por una reforma integral de la atención primaria, que es la puerta de entrada al sistema sanitario. La gran mayoría de problemas de salud que presentan los ciudadanos, deberían resolverse en la atención primaria. Se trata de prestar una atención sin demoras, que haya una optimización de los recursos, que se capacite a la primaria para que tenga mayor dinamismo y para que, junto con el hospital, la atención integral al paciente sea la más adecuada, obviamente con los recursos más eficientes. La apuesta del consejero es un cambio en la atención primaria. Ese cambio debe ser con la participación de los profesionales, de poco sirve que los equipos directivos pretendan implantar un modelo si los profesionales no están convencidos.
Por una razón o por otra la atención de la primaria siempre se ha pospuesto, ¿cree que este es el momento más adecuado para a abordar de una vez por toda esta reforma que muchos gobiernos han planteado pero que está costando llevar a cabo?
Creo que no queda más remedio que abordarla y hacerlo ya. El modelo de Atención Primaria tiene sus orígenes en el Real Decreto de Estructuras Básicas de 1984. Ha llovido mucho. Son 30 años con un modelo de Atención Primaria que, creo, ha tenido sus virtudes y sus defectos, con el cual hemos empezado a rodar, pero que ha llegado el momento de analizarlo en profundidad y cambiar las cosas que no están funcionando bien. Treinta años son muchos en una institución que ha pasado de un sistema centralizado a uno descentralizado. El momento puede ser este. En el 2002 hubo que asumir todas las transferencias del Insalud, nos tuvimos que inventar un sistema sanitario a medida de nuestra comunidad autónoma, prepararlo, dignificar los edificios. En eso se nos fue una parte importante de esfuerzo. Ahora hemos perdido cuatro años. El cuatrienio 2011-2015 pasará a la historia por ser un periodo negro. No es que hayamos retrocedido a 2011 sino que estamos peor que ese año. Tenemos peores condiciones laborales. Quizás sea este el momento para asumir esa reforma y afrontar los retos que tenemos por delante.
Con este panorama por delante ¿qué papel deben jugar los agentes sociales y las instituciones en la construcción de ese nuevo modelo sanitario?
Un papel fundamental. Obviamente no podemos ser autistas en la gestión. si queremos hacer un nuevo modelo de atención primaria o contamos con los profesionales o el modelo se nos va a caer. Tenemos que contar con sindicatos, así como con otros colectivos de gran peso como son los colegios de enfermería y los colegios de médicos. Por descontado este gobierno regional, por carácter y por talante estaremos siempre con las manos tendidas y abiertas para hablar con sindicatos, colegios y asociaciones.
«Hay que dar visibilidad a la profesión enfermera, hacemos miles de cosas que repercuten en la salud de la población y la gente no lo sabe». |
Pasado ya lo peor de la crisis, ¿qué le diría a los profesionales de enfermería que acaban de graduarse y que esperan a que les llegue su primera oportunidad de empleo?
Espero que eso sea verdad. Yo les diría a esos jóvenes profesionales -muchos de los cuales han sido alumnos míos- que tengan fe y esperanza porque estamos trabajando en el empeño para que no volvamos a perder capital humano. Hemos preparado gente muy bien formada y se nos han ido. En algunos casos los hemos echado. A otras comunidades autónomas y al extranjero. Pienso que las políticas van a ir orientadas a una dinamización y racionalización en cuanto a a la política de personal. Hay que acabar con los contratos de horas que se han estado haciendo. Eso no es trabajo digno. Se ha podido ver este verano como se empezó a contratar profesionales, se agotaron bolsas y se tiró de bolsas complementarias. Yo creo que, en este sentido, las grandes líneas maestras se verán ya en los presupuestos del año que viene.
Mientras tanto, en el ámbito nacional se siguen dando pasos en firme para que los enfermeros puedan ejercer su labor en condiciones de seguridad, la prescripción enfermera será una realidad en uno de los próximos consejos de ministros, desde el punto de vista de la administración sanitaria ¿cómo ve la aplicación de esta norma?
Yo creo que al final lo que significa es dar carta de naturaleza a algo que se viene haciendo mucho tiempo atrás. Eso supone regular algo que estamos haciendo y que legalmente no podíamos hacer aunque estamos capacitados para ello. Era absurdo que una enfermera con una formación en farmacología en sus estudios universitarios se le prohiba hacer cosas que ya, de facto, estaba haciendo. Es un marchamo más de calidad de la formación que las enfermeras y enfermeros recibimos. Nos da seguridad jurídica a los enfermeros que trabajamos, da seguridad a los empleadores, servicios de salud que contratan y da seguridad a los pacientes. Ha costado años llegar aquí y paso a paso nos estamos situando en el sitio que nos corresponde, todavía nos queda camino por recorrer que nadie piense que hemos llegado a la meta. No bajemos la guardia que todavía nos quedan pasos que dar aunque esto pinta ya de otra forma.
¿Qué pasos son esos?
Lo que antes decíamos. Cuando nadie se lleve las manos a la cabeza porque un enfermero ocupe un puesto de especial relevancia. Y hay un paso importante que es el reconocimiento explícito de la población. La visibilización de la enfermería. Todo el mundo sabe que hay enfermeras pero tenemos que hacernos ver. Hacemos miles de cosas que repercuten en la salud de los ciudadanos y la gente no lo sabe. Ese camino aun lo tenemos que andar.
Podríamos hablar de nuevos nichos de trabajo para la profesión enfermera tales como la enfermería escolar, o las enfermeras gestoras de casos, parcelas nuevas donde la enfermería tiene mucho que decir?
Efectivamente. El estereotipo de la profesión ha sido en la consulta de atención primaria o a pie de cama en el hospital. La gente eso lo reconoce y lo sabe. Pero hay nichos sin explorar en los que se abren grandes expectativas. En este aspecto el papel de educación para la salud cobra capital importancia en manos de la enfermería. Eso, está claro que bien gestionado, ahorra costes al sistema sanitario. Y evidencia científica hay al respecto.
Como sabe, el lema del Colegio de Enfermería es “Cuidar al cuidador” en este sentido venimos trabajando desde hace algún tiempo en la implantación del “Programa Retorno” para la atención especializada a profesionales de enfermería con algún tipo de problema de adicción a alcohol u otras sustancias, ¿cuál es su punto de vista sobre este proyecto?
Yo entiendo que el proyecto es necesario y pinta bien. Creo que hay que cuidar a la gente que cuida y efectivamente, en otros colectivos lo tienen ya implantado y creo que funciona muy bien. Creo que estará en las prioridades del consejero el verlo y estudiarlo y, plantear como podemos sacarlo adelante. Creo que para los profesionales de enfermería sería fundamental que se pudiera implantar.