D.RUIPEREZ/G. ROMERO.- Victoria González es noticia por haber roto un techo de cristal más en la historia de la enfermería pues es la primera vez en nuestro país que una mujer alcanza el rango de comandante dentro del escalafón de la enfermería militar. Y no ha sido un camino de rosas: le ha costado 30 años ascender, cuando otros compañeros de la sanidad militar lo hacen en apenas 10 años. Con una larga trayectoria profesional en el ámbito de la docencia, actualmente está destinada en la Inspección General de Sanidad.
¿Qué sientes al ser la primera mujer comandante, una mujer que ha hecho historia?
Es una gran responsabilidad. El haber llegado a comandante para mí es todo un orgullo y satisfacción. Al llegar a comandante de alguna manera te sientes premiada por tu trayectoria profesional, ya que es el primer empleo en el que te sometes a un proceso de evaluación para clasificarte y en función de esa clasificación asciendes si queda vacante.
¿Por qué a ti te ha costado tanto ascender?
Nuestra escala es un poco diferente, estamos en la Escala de Oficiales Enfermeros, dentro del Cuerpo Militar de Sanidad. Tenemos un régimen de escala y empleos diferentes a la del resto nuestros compañeros de sanidad. Esto se determinó así en la Ley del régimen del personal militar, del año 2007, que es la que actualmente está en vigor.
30 años para ascender, se os impide llegar a general… me parece una discriminación
Nos regimos por la ley 39/2007, de 19 de noviembre, que es la que regula el régimen de personal. Entiendo que el legislador consideró que hasta 2012 no se consolidaba, teóricamente, la nueva ordenación de las titulaciones en grado, máster y doctorado. Sí que es verdad que se redacta una disposición final que cuando se termine ese proceso de conformación de las titulaciones y una serie de requisitos… se instaría al Gobierno para que hiciese una ley para la sanidad militar donde nosotros sí entendimos que se resolvería este tema. Nosotros constantemente informamos de esta situación, que creemos que, en no mucho tiempo, tiene que cambiar. Aunque es verdad que vamos un poquito lentos, también lo es que estamos en un punto sin retorno. Somos grado universitario y eso se va a tener que reflejar en la normativa, le pese a quien le pese.
La enfermería civil en España está a la vanguardia internacional, ¿sucede también con otros ejércitos?
Nuestra enfermería está muy avanzada. No contamos con las especialidades de la vida civil, pero tenemos una propia: la de enfermería médico-quirúrgica en operaciones. Está enfocada a una de nuestras estructuras sanitarias con capacidad ROLE 2, que es donde hay quirófano. Tenemos una formación tan potente que somos capaces de actuar en cualquiera de los campos. En otros países vemos que están más especializados, pero nosotros no. Sin embargo, vamos por ese camino, queremos especializarnos, y yo creo que nuestras autoridades sanitarias dentro del Ministerio de Defensa lo están entendiendo.
Por otro lado, en la enfermería militar tenemos unas connotaciones diferentes a la del resto de la sociedad. Muchas veces estamos sometidos a un factor de aislamiento, estamos solos ante las situaciones, bien por que estemos en una operación y así lo requiere, o estás en un buque y no tienes ni siquiera comunicaciones. Hay muchas situaciones en las que nosotros nos vemos obligados a actuar solos.
Eso os ha generado muchos problemas con el anterior decreto de prescripción enfermera…
Ha sido un gran problema para nosotros, porque andábamos en el borde de la inseguridad jurídica. Para nosotros ha sido muy costoso todos estos años con esos límites tan estrictos. Nos hemos visto en una situación muy comprometida. Ahora mismo eso parece que ya está resuelto. El Real Decreto, por nuestras circunstancias, nos habilita para tener nuestra propia normativa en este campo, porque tiene que reconocer el Ministerio de Sanidad que nosotros tenemos unas connotaciones muy diferentes.
¿Qué otros problemas conlleva la enfermería militar?
Realmente tenemos los mismos problemas que en la sociedad civil. Se ve todavía como una profesión tutelada por el médico donde la visibilidad de la enfermería, igual que en el resto sociedad, pero no es en España sino a nivel mundial, a la profesión le falta visibilidad, empoderamiento. ¿Tal vez es también es un problema de género? Quizá sí.
¿Qué alicientes supone ejercer como enfermero militar?
Somos un colectivo dentro de las Fuerzas Armadas con una tremenda vocación de servicio. Yo siempre digo que es una vocación de servicio al cuadrado, porque tenemos por un lado la vocación inherente a nuestra vocación, y también la vocación de servicio de las Fuerzas Armadas, que es muy potente. Nunca sabemos muy bien si somos antes militares o enfermeros. Ahí estamos y vamos a estar donde nos toque estar, pero cumpliendo nuestra misión.
Nuestro campo de actuación es muy diferente al resto. Tiene muchísimas ventajas. Además, tienes la oportunidad de conocer una gran variedad de situaciones. En nuestro caso, como somos cuerpos comunes, puedes estar destinado en Tierra, en la Armada, en un buque, en el ejército del Aire, puedes estar en el órgano centra, es tan ilimitado… y cada dos años puedes cambiar. Y hoy puedes estar en Madrid, mañana en Canarias y luego en el Líbano, – es muy raro el militar que no se tiene que ir a una operación- y haciendo una estupenda labor. No tiene límites el enriquecimiento personal.