Mecanismos adaptados por servicios contra las agresiones en la sanidad

CESM analiza la necesidad de tener protocolos específicos dependiendo de cada servicio sanitario

La gran variedad de características de los servicios sanitarios hace que un programa genérico antiagresiones no disminuyan los eventos violentos. Esta es una de las conclusiones que se extrae del estudio «¿Cómo prevenir las agresiones a los médicos?«, publicado por la Asociación Catalana de Salud Laboral. 

Sobre la prevención, el estudio incide en la necesidad de tomar medidas de seguridad en los centros de urgencias nocturnas que atienden domicilios, como centralizar esta atención y dotar de acompañantes de seguridad para este fin. Asimismo, recomienda el entrenamiento en habilidades de comunicación.

Desde los sindicatos médicos se muestran de acuerdo en que «hay que individualizar los mecanismos pero siempre partiendo de una base«, así lo comenta Mercedes Ortín, secretaria general de CESM Aragón, quien añade que «hay que tener en cuenta mecanismos generales de prevención y protección del personal sanitario pero, también, específicos».  

Desde el sindicato médico abogan por dotar a los profesionales de una autoridad

En esta línea y respondiendo a la necesidad de contar también con medidas generales antiagresión, Ortín incide en la importancia de dotar a los profesionales que trabajan en la sanidad de una autoridad, «algo que tiene que ser aplicable a todo el personal sanitario». 

En 2015, el Congreso de los Diputados aprobó la inclusión en el Código Penal de la figura del profesional sanitario como autoridad pública, condenando las agresiones «en el ejercicio de las funciones propias de su cargo, o con ocasión de ellas».


Medidas específicas

La prevalencia de las agresiones al personal sanitario, de acuerdo con diferentes estudios, oscila entre el 36 y el 70 por ciento. De estas, el 55 por ciento corresponde a agresiones verbales y el 23 por ciento a agresiones físicas, tal y como recoge la investigación. 


Hacer cambios en la infraestructura de los servicios para incluir mejoras que eviten las agresiones

En lo relativo a las medidas específicas para reducir las agresiones a los profesionales sanitarios, desde el sindicato médico explican que «no es lo mismo trabajar de médico de Atención Primaria en un centro de salud o en el servicio 061 en el que te desplazas al domicilio del paciente muchas veces en soledad».

En este último caso, «es necesario contar con un botón del pánico para dar la alerta», explica. En el caso de que vayan cuatro personas, «será suficiente con un teléfono móvil para poder avisar» y, es que, según señala Ortín «no somos lo mismo aun trabajando en un mismo servicio».

El estudio aconseja cambios en la infraestructura de los servicios que incluyan mejoras en la iluminación interna y externa, mayor espacio de salas de espera, salidas y rutas de escape, cámaras de vigilancia, botones antipánico, alarmas portátiles e incluso detectores de metales

Por su parte, Ortín añade la idea de «colocar el mobiliario de tal manera que permita al médico poder escapar, tener un botón del pánico o un sistema de aviso a través del ordenador». En el caso de Urgencias, «los profesionales sanitarios cuentan con personal de seguridad que puede ayudar a parar una situación violenta».

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