Este 2020 se celebra el Año Internacional de la Enfermería y la Matrona. La Organización Mundial de la Salud (OMS) da un empujón definitivo a la estrategia emprendida por el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) “por lograr el reconocimiento y status que ambas profesiones merecen”.
El 27 de febrero de 2018, la Organización Panamericana de la Salud se unió al lanzamiento de la campaña mundial «Nursing Now» para concientizar sobre el estado de la enfermería en la región de las Américas y en todo el mundo.
Nursing Now fue una campaña global de tres años de duración realizada en colaboración con el Consejo internacional de enfermeras y la Organización Mundial de la Salud. Se trata de un programa del Fondo Burdett para la enfermería.
Tanto el consejo Internacional de Enfermería (CIE) como la Organización mundial de la salud (OMS) consideran que el personal de enfermería en su conjunto, se encuentra en el corazón de la mayoría de los equipos sanitarios, desempeñando un papel crucial en la promoción de la salud, así como en la prevención y el tratamiento de enfermedades. Al ser los profesionales sanitarios más cercanos a la comunidad, desempeñan un papel especial en el desarrollo de nuevos modelos de cuidados comunitarios y sostienen los esfuerzos realizados a escala local para promover la salud y prevenir la enfermedad.
Esta campaña global ha pretendido influir desde sus inicios (2018) en las agendas publicas de gobiernos, clase política y a distintos gestores internacionales, para que inviertan en enfermeras, y utilicen todas sus competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) para mejorar el nivel asistencial de sus países, de sus organizaciones, de sus hospitales y de sus ciudadanos. Esta campaña tenía como objetivo finalizar el 12 mayo de 2020, año que se celebrará el 200 aniversario del nacimiento de Florence Nightingale gestora y madre de la Enfermería Profesional.
Florence Nighthingale fue llamada a ser protagonista en la Guerra de Crimea, allí dio inicio a su legado. Junto a un equipo de enfermeras atiende a los heridos en batalla (1854) en el hospital de Scutari. Cuando Florence llegó, el hospital de campaña estaba increíblemente sucio, con el piso cubierto por una capa de heces.
La primer indicación para su equipo de enfermeras fue limpiar y acondicionar el lugar y asegurarse de que los soldados estuvieran alimentados y vestidos apropiadamente. Por primera vez, las tropas regulares fueron tratadas con decencia y respeto.
Su metodología de trabajo fue simple pero no menos efectiva; reglas de higiene básicas, ventilación de los espacios físicos, limpiar y desinfectar las salas de hospitalización. Higienizar a los pacientes y cambiar sus sabanas, como así también preparar comidas sanas para los enfermos. Estas acciones mejoraron notablemente la situación en poco tiempo.
Para la primavera del año 1855 Florence había conseguido un hospital más eficiente y más humanizado, en un contexto tan complejo como el de una guerra.
No fue sino hasta después de que procesó todo lo que había aprendido en Scutari que Florence usó su conocimiento como una poderosa arma en su misión de salvar vidas.
Atormentada por la horrenda pérdida de vidas, en 1956 Florence se reunió con la reina Victoria y con su respaldo, persuadió al gobierno de establecer una comisión para investigar la salud del ejército.
En aquel entonces (1856) formo parte de una comisión sanitaria junto a los reconocidos estadísticos William Farr y John Sutherland. Juntos analizaron vastas cantidades de datos complejos, y la verdad que lo que revelaron fue impactante: la causa de 16.000 de las 18.000 muertes no fueron heridas sufridas en batallas sino enfermedades prevenibles, cuyo contagio se debía a la falta de higiene.
Un año después precisamente en 1857, Su «diagrama de la rosa» –un gráfico circular- mostraba la aguda caída en las fatalidades que se dio tras la labor de la comisión sanitaria: habían bajado 99% en un solo año.
El diagrama era tan fácil de entender que fue publicado en muchos lugares y el público comprendió cuál era la falla del ejército y cuán urgente era el cambio.
Gracias a la obra de Florence se establecieron nuevos departamentos –de medicina, ciencia sanitaria y estadística- en el ejército, para mejorar el cuidado de la salud de sus soldados.
El relato nos invita necesariamente a hacer un paralelismo con la actividad de la Enfermería actual como Profesión, en una contexto coyuntural como el que hoy vive nuestra comunidad de cuidadores de la salud. Hoy, paradójicamente el que está en la trinchera, es aquel que tiene la responsabilidad de brindar cuidados de calidad al individuo, familia y comunidad.
Hoy está en riesgo la vida de nuestros colegas, sin embargo esa visibilidad de la que hoy gozamos tiene un doble estándar. Primero pareciera que aquellos que hoy sienten “resquebrajarse el barco” ante la falta de RRHH humano enfermero en cantidad suficiente para hacer frente a la pandemia, se han olvidado que siempre hemos estado en el mismo lugar; en un ámbito comunitario trabajando en la prevención o a los pies de la cama de un paciente en el ámbito hospitalario, los 365 días del año las 24 hs del día.
Hoy existe claramente una asimetría en el desarrollo de competencias de algunos integrantes del equipo de salud, quienes cuentan hoy con especialidades y sub especialidades. Nuestra colectivo hoy cuenta con un porcentaje menor de Magister y Doctores, y un puñado de especialidades aprobadas por el ente contralor, todas ellas necesarias pero claramente insuficientes.
Queremos como profesionales de la salud ser parte de las agendas políticas y públicas del estado nacional y provincial, es necesario mejorar las condiciones de trabajo del personal de enfermería, como también es indispensable apostar a su formación. Pues esto último va a mejorar la calidad de la atención e indefectiblemente ayudara a salvar vidas, tal cual sucede mundialmente en este momento.
Claramente el aplauso es motivador, pero también necesitamos vivir dignamente. El valor de nuestra actividad profesional no es solo Altruismo y vocación de servicio, también requiere de una remuneración acorde a la responsabilidad de brindar cuidados de calidad y a la formación necesaria para hacer dicha actividad.
Aprovecho la oportunidad para enviarles un abrazo y un cordial saludo a todos mis colegas. Y a instarlos a que sumen su voz, que es necesario que la comunidad en su conjunto, escuche nuestras necesidades. Y como sucede actualmente sepan que “pase lo que pase, siempre vamos a estar a su lado”-
Colega Mansilla Enrique
Magister en Prevención y asistencia de La drogodependencia increíbles tus palabras! Muchas gracias y feliz día a todos los colegas!