La pandemia ha acelerado cambios para los que no estábamos preparados. Nuevas realidades exigen nuevas técnicas y destrezas
La transformación tecnológica acelera. La covid-19 trajo un nuevo orden sanitario, cambios en la interacción social, la economía y la geopolítica, pero también una nueva realidad digital para la que no estábamos preparados. Un estudio del Congressional Research Service sostiene que el impacto del virus podría reducir el crecimiento económico mundial entre un 4,5% y un 6% anual en 2020. Para el próximo año se estima una recuperación parcial. Sin embargo, alcanzaremos niveles de desempleo nunca vistos desde la Gran Depresión. Los expertos indican que más de 100 millones de personas sufrirán pobreza extrema. Esto, unido a una caída del comercio mundial en un 9,2%, plantea un panorama trágico que demanda acciones innovadoras.
Murat Sönmez, director del Foro Económico Mundial, asegura que las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial pueden desempeñar un papel importante para ayudarnos a salir de la crisis originada por la pandemia. Lo que llamamos la nueva-nunca-normalidad ha acelerado los cambios en nuestra forma de liderar, innovar, comunicarnos y adquirir conocimientos. Esta velocidad en la transformación de la forma de vivir y de trabajar juntos en modalidad fisgital (física y digital) genera un espacio para innovaciones, pero también representa riesgos en temas de equidad, diversidad, inclusión, movilidad social y justicia económica.
En época prepandémica, quienes lideraban equipos humanos se enfrentaban a retos naturales. Esos desafíos se han vuelto más complejos en esta era colmada de incertidumbre y ambigüedad, con un alto impacto en la salud mental y física de líderes y co-elaboradores. No podemos pretender solucionar los problemas macroeconómicos, sociales e industriales ocasionados por la covid-19, pero podemos enfocarnos en atenderlos y resolverlos en nuestro entorno.
Nuevas realidades exigen nuevas técnicas, habilidades y destrezas. Existen cuatro factores para un liderazgo transformacional. Los hemos agrupado en lo que llamamos Liderazgo 4D: Diversidad, Divergencia, Digitalización y Disrupción. Liderar exige un efecto transformacional que permita modificar y mejorar realidades personales, familiares, organizacionales y sociales de manera efectiva y ecológica. Cada uno de estos cuatro factores apoya el ejercicio de influencia y alineación en un equipo humano hacia resultados que excedan las expectativas de co-elaboradores, clientes y accionistas. Veamos estos cuatro factores:
1. Diversidad: Varias investigaciones científicas muestran que los equipos con diversidad cultural, cognitiva e identitaria son más innovadores que los grupos homogéneos. Mientras más hábil es quien lidera estos equipos con alta diversidad, mayor será su innovación y su capacidad para alcanzar mejores resultados. Liderar con equidad, igualdad, diversidad e inclusión es una habilidad crítica para ser competitivo en un mercado altamente cambiante.
2. Divergencia: Tan importante es que líderes y co-elaboradores converjan en sus pensamientos y acciones, como que tengan la capacidad para divergir y ser creativos. Ser líderes divergentes requiere indagar y estimular con ideas creativas, creando un espacio para la originalidad y la autenticidad. Hay que dejar de decir lo que debe hacerse y comenzar a trabajar para lograrlo.
3. Digitalización: La Cuarta Revolución Industrial, identificada como 4.0, está determinada por transformaciones tecnológicas y digitales. Como decíamos, la covid-19 aceleró cambios que estaban en progreso. Las personas que lideran y co-elaboran en entornos organizacionales ven difusa la frontera entre lo físico y lo digital, siendo forzadas a trabajar de forma remota, usando plataformas digitales que se utilizaban eventualmente y que ahora son de uso constante. Debemos atrevernos a usar nuevas herramientas.
4. Disrupción: Las ideas disruptivas han cambiado el orden de ciertas industrias y han transformado la forma de vivir y trabajar. Uber, Airbnb y Netflix han cambiado la industria del taxi, los hoteles y el cine. Pero, ¿cómo disrumpir sin afectar la rentabilidad? Los expertos invitan a usar una postura dual en la cual coexisten las unidades organizacionales clásicas, que hay que cuidar y explotar, y las unidades autónomas e interdependientes que sirven para explorar nuevas ideas e iniciativas disruptivas.
Al buscar una transformación sostenida y efectiva, conviene tomar conciencia de que desarrollar estos cuatro factores de liderazgo requiere perder el miedo. Solo es posible convertirse en una persona divergente, digital y disruptiva si se cuenta con el conocimiento y el coraje para atreverse a errar sin temor. Se sugiere ejercer autenticidad, originalidad, humildad para aprender y curiosidad. Solo así podemos fortalecer el músculo del fracaso fácil para la innovación y la transformación.