Cómo iniciar el proceso de transformación digital de la empresa

¿Están preparadas las empresas españolas para abordar con éxito la denominada transformación digital?

Casi la mitad de las microempresas españolas y un 25% de las que cuentan con más de 10 trabajadores no tienen página web, según datos del Instituto de Estudios Económicos. O lo que es lo mismo, en este momento no existen en el universo digital. Este es un dato para la preocupación y la reflexión que desprende una primera y contundente conclusión: aún queda mucho por hacer. El cambio global hacia un escenario de plena cultura digital es muy tímido, casi embrionario, en el sector empresarial español.

Muchas pymes entienden esta mudanza como una mínima inversión en soportes digitales, en la apertura de perfiles en las redes sociales más conocidas o en una tímida actualización de sus sitios web: algo de diseño, pero el mismo contenido. Otras consideran que hay que “gastarse un poco más” en renovar las tecnologías. Pero la inmensa mayoría no asume todavía que la transformación supone un cambio integral de la cultura empresarial y corporativa. Una nueva cultura que se desarrolla de forma transversal, pasando sin exclusión por todos los departamentos y áreas hasta llegar a un consumidor que, de una u otra manera, ya forma parte de la marca con sus opiniones y aportaciones.

Si estás convencido de que tu empresa desea iniciar este nuevo camino, puedes empezar por:

  1. Eliminar la resistencia al cambio y el miedo a la “equivocación”.

Es el momento de dar el paso. La transformación digital de la empresa puede ser un gran motivo para renovar el Plan de Negocio y crecer de otra manera. No te asustes y piensa que la equivocación es útil. Aprende a sacarle partido.

  1. Construir un equipo ilusionado y “tecnificado” que aporte nuevas ideas. 

La cultura digital obliga a renovar y reciclar. La formación en innovación y en el uso de las nuevas tecnologías es fundamental para todos los miembros de la empresa: los que ya están y los que llegarán. 

  1. Diseñar una estrategia global, efectiva y gradual, con implicación de todos los departamentos: un nuevo plan de negocio.

El Plan de Transformación Digital supone un esfuerzo de evaluación que responde a las preguntas de dónde estoy y hacia dónde quiero ir. La marca ya no es solo presencial, sino que debe cruzar las fronteras hacia lo digital con los mismos valores y objetivos.

  1. Comunicar dentro y fuera de la organización. Buscando apoyos. 

La información es ahora de todos. Todos los miembros de la empresa deben convertirse en los principales prescriptores del producto. Busca apoyos externos ya que un óptimo posicionamiento depende en cierta parte de ello. 

  1. Poner todo el foco de atención en los clientes, en su forma de pensar y sentir. Escuchar a través de la red. 

Analiza los datos que tienes sobre tus consumidores y monitoriza sus comportamientos en todas las fases del Plan Estratégico, desde el principio hasta el final. Haz lo mismo con tu competencia. Utiliza las herramientas que internet pone a tu disposición para observar y sacar conclusiones. ¿Qué y cómo les interesa? Lo importante ya no es lo que tú piensas, tu historia, sino el valor de las recomendaciones que los consumidores hacen de tu marca, su historia. 

  1. Aprovechar todos los beneficios que aportan las nuevas tecnologías, buscando el equilibrio entre lo digital y lo presencial. 

La transformación digital no pasa por estar presente en las redes sociales o actualizar una página web. Es mucho más. Busca el equilibrio entre tus estrategias off y online. Optimiza tus recursos en función de los objetivos definidos a corto, medio y largo plazo. No olvides que tu estrategia debe ser coherente en todos los campos de desarrollo.

  1. Elegir bien los soportes y el presupuesto para las campañas y definir correctamente la presencia de la marca en las redes sociales.

La página web de tu empresa es “la casa” a la que acuden tus invitados. No dejes que se marchen. Lo que les ofrezcas (contenido) les debe emocionar. Genérales una nueva experiencia para fidelizarlos. La selección de medios y la previsión del gasto en posicionamiento es fundamental para una correcta planificación comercial en un sistema omnicanal.

  1. Ser humilde y reconocer los errores

Si te equivocas, pide perdón. Las peores crisis de comunicación ocurren cuando las reacciones se producen tarde y mal. Las redes sociales pueden convertirse en altavoces muy negativos de tu marca si no gestionas bien un error. 

En definitiva, el tradicional “cliente” se ha convertido en el “socio” perfecto que testea el producto y recomienda cambios y mejoras. Un gran amigo que siempre utiliza internet para conocer la marca y la percepción que el resto tiene sobre la misma. Este nuevo consumidor ya no se conforma con adquirir sin más, ya que busca una experiencia distinta, una emoción que le satisfaga.

fuente :
CEPYMENews


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