“NINGÚN PACIENTE CON CÁNCER DEBERÍA VIVIR O MORIR CON DOLOR”

La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó nuevas directivas para la gestión del dolor en pacientes con cáncer con el objetivo de ayudar a los sistemas de sanidad de los países a abordar estas situaciones.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó nuevas directivas para la gestión del dolor en pacientes con cáncer con el objetivo de ayudar a los sistemas de sanidad de los países a abordar estas situaciones, que frecuentemente son ignoradas o apenas tratadas. “Ningún paciente con cáncer debería vivir o morir con dolor, ni en países ricos ni pobres, porque el costo de tratar el dolor no es muy alto. Se trata de una cuestión de prioridad, de tener un sistema de distribución de medicinas y al personal formado”, dijo el experto de la OMS, Etienne Krug. El 55% de personas que reciben tratamiento contra algún tipo de tumor maligno experimenta dolor, mientras que en el caso de pacientes con cáncer avanzado o en estado terminal se trata del 66%. La OMS publicó las directivas a pocos días del Día Mundial contra el Cáncer, el 4 de febrero de cada año, como una llamada de atención al sufrimiento de millones de personas en el mundo. El problema es, por una parte, de acceso a las medicinas para aliviar el dolor y, por otra, de formación del personal de sanidad que puede administrarlas a los pacientes. La OMS ha recogido suficientes datos que le permiten saber que sólo el 6% de los países pobres tiene en sus centros de salud primaria disponibilidad de morfina oral (uno de los fármacos más utilizados en estos casos). El acceso es diez veces mayor (67 %) en los Estados ricos, según esos datos. Krug, quien es director del Departamento de Enfermedades No Transmisibles en la OMS, explicó en una rueda de prensa que las nuevas directivas no proponen “una revolución” en cuanto al tratamiento del dolor, sino una “evolución mediante la adaptación a los medicamentos existentes y a un enfoque metódico, etapa por etapa”. “Lo que deseamos transmitir es que es posible tratar el dolor causado por el cáncer en todas las personas que lo sufren y que esto debe convertirse en parte del tratamiento”, agregó. Uno de los mayores obstáculos que se han erigido en esta problemática es el temor en ciertos países de que la disponibilidad de opioides (un tipo de analgésicos) pueda dar lugar a abusos y, en particular, caer en manos de personas adictas a estas sustancias o causar adicción en el enfermo. Krug consideró que hay que buscar un equilibrio entre esa preocupación y las necesidades de los pacientes para ayudarlos a llevar la enfermedad o morir con dignidad.


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