La enfermera que no tiene pacientes; tiene khaleesis

Irene Montes ha acompañado a los trabajadores de Juego de Tronos durante los rodajes en España

Irene Montes tenía que estar a las seis de la mañana en el set. Aunque llevaba ya dos semanas trabajando con profesionales de atrezo, carpinteros y pintores, vivía ese momento como si fuera su primer día, con todos sus nervios incluidos. A las 5:30 un señor muy enfadado llama a la puerta del apartamento de Girona que la productora alquila para los trabajadores. Habla muy rápido y no para de decirle que tiene que ir corriendo al lugar donde están los actores.

Después de muchas carreras y de pasar de un responsable a otro, Irene se encontró ante una de las protagonistas de la serie. Tenía una lumbalgia y, aunque el día anterior había estado en el médico y el fisioterapeuta, seguía con dolores. Irene, piensa, tranquila, que algo se le ocurrirá. Su primera gran prueba llega antes de comience su debut oficial.

Estiramientos, calor local y un antiinflamatorio. «La actriz acabó encantadísima y desde entonces me tenía un amor incondicional», dice con orgullo. No es para menos, iban a rodar una de las escenas centrales de Juego de Tronos y, en una superproducción de estas características, la expresión «el tiempo es oro» cobra su sentido más literal.  

LA ENFERMERA QUE NO VE SU PROPIA SERIE»

Tengo que verla porque es una asignatura pendiente». Irene Montes reconoce que no sigue la serie para la que trabaja: «Yo veo las series antes de dormir y esta me ponía tan nerviosa por tanta sangre y tanta acción que acababa desvelándome». Es la respuesta que da a la pregunta de quién es su personaje favorito. Tampoco tiene un actor preferido ya que no tiene mucho contacto con ellos, porque son «la élite del equipo». Sí asegura haber entablado una buena relación con Emilia Clarke, que interpreta a Daenerys Targaryen y con la que ha llegado a hablar de temas personales: «Es súperagradable».La oportunidad de trabajar en la serie le llegó de casualidad: «Conocí a un chico, que ahora resulta ser mi pareja, que trabajaba en el mundo del cine y me dijo que le habían contratado para trabajar aquí y que necesitaban una enfermera».

ENFERMERA PARA TODO

Su trabajo consiste en acompañar tanto a actores como al resto de trabajadores de la producción durante los rodajes y preparativos y atenderles en caso de complicaciones. Ella misma se considera como «un nexo de unión» entre especialidades: «Si alguien tiene una herida en un ojo, lo mando al oftalmólogo. Ellos me preguntan por el criterio y yo les atiendo, les mando al médico especialista o consulto con compañeras y amigas médicas».

Gran parte de su trabajo pasa por tratar de atajar cabezonerías. Como cuando pasó dos semanas intentando convencer a uno de los directivos de que debía ir al médico. «Estaba con mareos, náuseas y diarreas y de repente empezaron a aparecerle lesiones en los brazos», dice, y explica: «Yo pensaba que podía ser una intoxicación por anisakis y traté de convencerle de que fuera al médico».

Pero no fue muy eficaz en su empeño y el directivo no fue porque «no podía permitirse parar ni un día, así que aguantó con medicación sintomática». Una vez terminado el rodaje y ya cada uno de vuelta en sus casas, este directivo le envió un correo para agradecerle su atención y confirmar sus sospechas: era anisakis.

Esta insistencia porque el show deba continuar también se traslada a los actores. «Uno de los actores principales se cortó con una cadena en una mano y sufrió una herida de unos cinco centímetros que tenía que ser suturada», recuerda Irene. A pesar de su 

Irene Montes con algunos miembros del equipo durante un parón del rodaje.

insistencia, el actor no quiso parar de rodar porque «estaba muy concentrado». A Irene no le quedó otra que cada vez que paraban la acción acercarse a limpiarle la herida y cambiarle la gasa para evitar una infección.

Esta anécdota le sirve para recordar que los actores también tienen salidas de tono como cualquier paciente. En un momento dado le dijo que según acabara se pasara por la enfermería para coser la herida porque «sangraba mucho». El actor le respondió: «Sí, mami». Irene se dio la vuelta y le contestó sin achantarse: «Mira, de madre nada. Yo estoy aquí para ayudarte y sólo si tú quieres». Finalmente, el actor se dio cuenta de su error y acabó agradeciendo la sutura.
                    UVIS MÓVILES PARA UNA ESCENA DE RÉCORD

Juego de Tronos tiene varios récords Guiness: mayor número de Emmys en una sola edición, más capítulos descargados y única producción que ha llegado a 173 países de forma simultánea. Para otro de los récords que ha batido hacía falta un buen despliegue sanitario por lo que pudiera pasar. Además de Irene como enfermera de cabecera, se contrató a otra enfermera y dos UVIs móviles. El objetivo era tenerlo todo bajo control en una escena que ya es la que más fuegos ardiendo y gente quemándose ha tenido en la historia. Había 73 fogatas y 20 especialistas en llamas, un récord que supera escenas como las de la playa de Salvar al soldado Ryan o la batalla de Braveheart. Además, en la escena de Juego de Tronos había 150 jinetes que se caían y 300 figurantes. «Hubo un pisotón de un caballo a un extra y un chico que saltó del caballo fuera de la colchoneta y se rompió la clavícula», recuerda Irene. En su currículum ya puede poner que ha colaborado en un récord Guiness.

ESPECIALISTA EN RODAJES 

Irene no tuvo mucho tiempo para pensar si su futuro sería convertirse en enfermera para rodajes. La oportunidad le salió nada más acabar la carrera y fue su primer trabajo. Tras dos temporadas en Juego de Tronos y la participación en otras series y películas, este verano ha rechazado «varias ofertas» para trabajar como enfermera en un centro de Atención Primaria en una zona rural de Andalucía.

La acreditación de Irene Montes mientras trabajaba en la serie.

Ahora ha empezado un máster de Antropología y dice no tener muy claro si quiere seguir trabajando para el mundillo del cine y las series ya que es «un trabajo muy solitario y no se valora mucho», como sí puede pasar en un centro sanitario. Además, no comparte todos los valores del mundo del espectáculo: «Hay mucho estrés y mucho dinero, que son cosas que para mí no son tan prioritarias como la salud y otras cuestiones».

A pesar de estas dudas, ha aceptado ya un trabajo para «un proyecto muy gordo» de cine para después de semana santa. Al final, reconoce que «se trata de curar a gente sea donde sea» y que para eso da igual estar en el rodaje de la mayor serie de la historia o en un centro sanitario de la Andalucía rural.

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