Ingenieros diseñan una cápsula que pone fin a las inyecciones de insulina

El fármaco se encuentra dentro de la pastilla y se libera en el torrente sanguíneo

Un grupo de investigadores ha desarrollado una cápsula que puede transportar insulina y otros medicamentos proteicos que hasta la fecha debían ser inyectados de forma diaria. Ahora, esta alternativa que ha nacido de la mano de los  


Estas cápsulas ofrecen una alternativa a los millones de pacientes que deben inyectarse insulina a diario

ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) junto a científicos de Novo Nordisk puede cambiar la vida de millones de pacientes en todo el mundo.

Cuando la cápsula llega al intestino delgado, se descompone para dejar al descubierto microagujas solubles que se unen a la pared intestinal y liberan el fármaco para su absorción en el torrente sanguíneo.

«Estamos realmente satisfechos con los últimos resultados del nuevo dispositivo de administración oral que nuestros miembros del laboratorio han desarrollado con nuestros colaboradores, y esperamos comprobar que ayudará a las personas con diabetes y otras personas en el futuro», señala Robert Langer, profesor del Instituto Koch en el MIT y miembro del Instituto Koch para la Investigación Integral del Cáncer.

En las pruebas en cerdos, los investigadores mostraron que esta cápsula podía cargar una cantidad comparable de insulina a la de una inyección, permitiendo una rápida absorción en el torrente sanguíneo después de que se liberaron las microagujas.

Microinyecciones

Los investigadores habían desarrollado previamente varias estrategias novedosas para la administración oral de medicamentos que generalmente deben inyectarse, como una píldora cubierta con muchas agujas pequeñas, así como estructuras en forma de estrella que se despliegan y pueden permanecer en el estómago de días a semanas mientras  


Las microagujas se disuelven en el intestino delgado y liberan la insulina

liberan medicamentos. «Gran parte de este trabajo está motivado por el reconocimiento de que tanto los pacientes como los proveedores de atención médica prefieren la vía de administración oral sobre la inyectable», dice Traverso.

A principios de este año, desarrollaron una cápsula del tamaño de un arándano que contiene una pequeña aguja hecha de insulina comprimida. Al llegar al estómago, la aguja inyecta el medicamento en el revestimiento del estómago. En el nuevo estudio, los investigadores se propusieron desarrollar una cápsula que pudiera inyectar su contenido en la pared del intestino delgado.

La mayoría de las drogas se absorben a través del intestino delgado, explica Traverso, en parte debido a su área de superficie extremadamente grande: 250 metros cuadrados, o aproximadamente del tamaño de una cancha de tenis. Además, señala que no hay receptores de dolor en esta parte del cuerpo, lo que potencialmente permite que se produzcan las microinyecciones de forma indolora.


Liberación de insulina

Para permitir que su cápsula llegue al intestino delgado y realice estas microinyecciones, los investigadores la recubrieron con un polímero que puede sobrevivir en el ambiente ácido del estómago, que tiene un pH de 1,5 a 3,5. Cuando la cápsula alcanza el intestino delgado, el pH más alto (alrededor de 6) hace que se abra y se despliegan tres brazos cruzados dentro de la cápsula.

Cada brazo contiene parches de microagujas de 1 milímetro de largo que pueden transportar insulina u otros fármacos. Cuando los brazos se abren, la fuerza de su liberación permite que las pequeñas microagujas penetren en la capa superior del tejido del intestino delgado. Después de la inserción, las agujas se disuelven y liberan el medicamento.

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