ARGENTINA LOGRÓ NUEVO DESCENSO EN LA MORTALIDAD INFANTIL

La tasa de niños menores de 1 año fallecidos descendió medio punto. Además se redujo la cantidad de nacidos vivos de niñas y adolescentes entre 10 y 19 años.

(Ministerio de Salud y Desarrollo Social) A nivel nacional la tasa de mortalidad infantil disminuyó a 8,8 por mil nacidos vivos en 2018, en comparación con la de 2017 de 9,3 por mil nacidos vivos, lo que representa una reducción de 531 defunciones de niños menores de un año. Esto implica que la mencionada tasa, que refiere a cantidad de niños menores de 1 año fallecidos sobre el total de recién nacidos vivos, descendió medio punto.

Además si se la compara con el año 2010, hubo 2913 defunciones menos. De 2015 a 2018 la tasa de mortalidad infantil descendió de 9,7 a 8,8 por mil nacidos vivos.

Para el estudio de la mortalidad Infantil es importante diferenciar el período neonatal (primer mes de vida) del período postneonatal (hasta el año de vida). En el año 2018 el descenso se registró en ambos períodos, siendo la disminución de la tasa de mortalidad infantil atribuible mayormente a la disminución de la tasa de mortalidad neonatal que alcanzó un valor de 6 por mil nacidos vivos en 2018. En cuanto a la Tasa de Mortalidad Postneonatal, la misma se redujo a 2,8 por mil nacidos vivos en 2018 en comparación con 2017 de 2,9.

Causas del descenso

En gran medida el descenso observado corresponde a la disminución de las defunciones por afecciones perinatales, mayormente la prematurez y el nacimiento con extremo bajo peso, con 344 defunciones menos (10,2% de descenso) entre los años 2017 y 2018. Con descenso del riesgo de muerte por estas causas pasó de 4,8 por mil en 2017 a 4,4 en 2018.

Disminuciones importantes se registraron, además, en la mortalidad postneonatal por causas infecciosas, respiratorias, enfermedades del sistema nervioso, metabólicas y en las causas externas.

En el período neonatal, en los menores de 28 días, la primera causa de mortalidad continúa siendo la prematurez y el retraso en el crecimiento intrauterino, seguida por malformaciones congénitas. Estas causas representan casi el 96% de las muertes en este período.

En 2018, de las 4.121 defunciones ocurridas en el periodo neonatal, 2.790 (67,7%) fallecieron por afecciones relacionadas con el período perinatal, principalmente por causas vinculadas con la duración de la gestación y el crecimiento fetal, y 1.161 (28,2%) por malformaciones congénitas, en especial por cardiopatías congénitas. Estas proporciones se mantienen prácticamente constantes a lo largo de los últimos años, lo que obliga a redoblar los esfuerzos para que los nacimientos prematuros se produzcan en instituciones con la complejidad adecuada para atenderlos, evitar que sean trasladados entre instituciones y asegurar que todos los cuidados prenatales y postnatales sean los óptimos para esta población tan vulnerable. En este sentido se orientaron las políticas promovidas por la Dirección Nacional de Maternidad, Infancia y Adolescencia como la regionalización de la atención perinatal, el fortalecimiento de las redes de atención entre las maternidades públicas y el esfuerzo conjunto entre nación y las provincias para la capacitación del recurso humano médico y de enfermería.

Fecundidad en la adolescencia

La cantidad de nacidos vivos de niñas y adolescentes entre 10 y 19 años registró un descenso, con 6.961 nacidos vivos menos que el año anterior. La baja se registró tanto para el grupo de adolescentes de 10 a 14 años (adolescencia temprana), con 143 nacidos vivos menos que en el año 2017, como para el grupo de 15 a 19 años (adolescencia tardía), que tuvo una reducción de 6.818 nacimientos.

En tal sentido, las autoridades sanitarias afirman la importancia de que se cumpla la Ley de Educación Sexual Integral en todo el país y que los protocolos de abuso sexual, como el que difundió el gobierno nacional, sean ampliamente aplicados.

La tasa de fecundidad en adolescentes del año 2018 muestra que en el país ocurrieron alrededor de 25 nacidos vivos cada mil mujeres de 10 a 19 años. Comparado con el año 2011, que presenta la tasa más alta de la última década, ocurrieron alrededor de 10 nacidos vivos menos cada mil mujeres de esa edad.

Este descenso refleja las políticas públicas implementadas por la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva, el Programa Nacional de Atención Integral en la Adolescencia, ambos de la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación, y los programas provinciales de salud sexual y reproductiva y de adolescencia, que han instalado la estrategia de consejería para garantizar el acceso a la información y al método anticonceptivo elegido, de manera autónoma y gratuita, además de la incorporación del implante subdérmico a la canasta de insumos anticonceptivos, que ha tenido entre las adolescentes del país una adherencia comparable a la de los estudios internacionales.

Por otro lado, ya empiezan a observarse los primeros resultados del Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (Plan ENIA) que se lanzó a fines del 2017 y cuenta con estrategias de sensibilización a la población en general y a las/os adolescentes en particular sobre la importancia de prevenir y disminuir el embarazo no intencional a través de las consejerías en salud sexual y reproductiva en los efectores de salud y las asesorías del Programa Nacional de Salud Integral en la Adolescencia en las escuelas y de la educación sexual integral, para mejorar, además, la oferta de servicios en salud sexual y reproductiva en relación con la disponibilidad, accesibilidad, calidad y aceptabilidad de las prestaciones, y potenciar las decisiones informadas de este grupo de edad.

A nivel general, durante 2018 nacieron 685.394 niñas y niños, 19.215 menos que el año anterior. Esta tendencia descendente se mantiene desde el año 2015, e impacta en la tasa de natalidad que alcanzó un valor de 15,4 nacidos vivos cada mil habitantes en 2018.

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