Año Internacional de la Enfermera, un cambio imparable

1820. España se encuentra en plena revolución liberal y en Italia nace una mujer que, 200 años después, sigue siendo referente y fuente de inspiración para millones de profesionales sanitarios en todo el mundo. Florence Nightingale fue también escritora y estadista, pero será recordada siempre como la precursora de la Enfermería profesional moderna.

Ha sido citada y elogiada en innumerables ocasiones en el pasado y lo volverá a ser, muy especialmente, a lo largo de los próximos doce meses, una vez que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido declarar 2020 como el ‘Año Internacional de la Enfermera y la Matrona‘.

Una gran noticia que lo es más, si cabe, porque llega en el momento más oportuno. En un momento crucial para el desarrollo presente y futuro de los millones de enfermeras y enfermeros sobre los que se pondrá el foco de la atención mundial y para el de todos los sistemas sanitarios del mundo, incluido el español.

En lo que respecta a nuestro país, las enfermeras y enfermeros llegan a 2020 tras haber conseguido un innegable avance a nivel formativo y competencial que es visto como un ejemplo a seguir por muchos otros países. La ‘marca España’ en Enfermería es deseada en todo el mundo al ser garantía de solvencia y  buen hacer.

Las condiciones laborales y profesionales también han ido mejorando con el paso de los años, no sin mucho esfuerzo y años de presión y movilización, y se han empezado a abrir nuevos espacios de poder y representatividad que hace no tantos años atrás no eran ni imaginables.

¿Se han producido avances? Sí, ¿Son suficientes? No. ¿Están preparados los sistemas sanitarios para afrontar con garantías de éxito los principales retos de futuro en materia de salud de una sociedad como la nuestra? En modo alguno.


«La OMS lo dice alto y claro: el mundo necesita más enfermeras y enfermeros a los que se les permita desarrollar todo su talento y potencial»

La Organización Mundial de la Salud lo dice, alto y claro, a todo aquel que quiera escucharlo. El mundo necesita más enfermeras y enfermeros a los que se les permita desarrollar todo su talento y potencial, una vez adquiridas de manera óptima la cualificación y competencias necesarias.

Enfermeras y enfermeros que puedan proporcionar, sin cortapisas ni barreras externas e internas, la atención sanitaria y cuidados que necesitan las millones de personas que forman parte de unas sociedades cada vez más envejecidas, dependientes y ‘cronificadas’, caso de la nuestra especialmente.

Enfermeras y enfermeros que dejen de ocupar un lugar secundario, imperceptible e, incluso, invisible dentro del “paisaje” profesional de cualquier sistema sanitario y asuman el protagonismo que les corresponde en múltiples áreas y ámbitos de atención. En definitiva, más participación, más presencia y más implicación de todas ellas y ellos.

Conocida la realidad actual y patentes las necesidades presentes y futuras, la declaración de 2020 como el ‘Año Internacional de la Enfermera y la Matrona’ debe entenderse como lo que es. Una oportunidad, ni más ni menos. Una gran oportunidad que no podemos ni debemos desaprovechar para propiciar el cambio necesario.

Todos los gobiernos, junto a organizaciones, instituciones, colectivos y profesionales, deben sentar a lo largo del próximo año las bases de nuevos sistemas sanitarios en todo el mundo que respondan de manera óptima y eficaz a las necesidades reales de atención y cuidados que demandarán los pacientes y ciudadanos en general. 

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