Denuncian que, junto con la falta estructural que arrastra la atención sanitaria, habrá que ampliar plantillas
10,6 millones de enfermeras. Ese es el déficit que, según el informe State of the Worlds Nursing (Sown), tienen los sistemas sanitarios de todo el mundo con las plantillas de Enfermería. Y es que, según el documento “¿Envejeciendo bien? Políticas para sostener a las enfermeras más mayores en el trabajo” basado en el informe de la Organización Mundial de la Salud “Situación de la Enfermería en el Mundo” y publicado por el Centro Internacional de Migraciones de Enfermeras (ICNM), el mundo afronta la atención sanitaria al ciudadano con un déficit de 4,7 millones de enfermeras que se van a duplicar a causa de las jubilaciones y de la sobrecongestión laboral acarreada del impacto de la pandemia del coronavirus Covid-19.
En base a una medición global, en todo el mundo hay 27,9 millones de enfermeras, pero serían necesarias 38,5 millones para poder atender correctamente a toda la población. El déficit se sustenta en dos pilares fundamentales: las políticas de empleo por las cuales gran parte del músculo laboral son enfermeras con una edad que supera los 55 años (y que necesitan un ‘recambio’ rápido) y “la necesidad de hacer frente a un desafío como la pandemia del coronavirus Covid-19″.
Así las cosas Sown estima que 4,7 millones de enfermeras que son necesarias deberían de ser formadas “únicamente para reemplazar a las enfermeras mayores que se jubilan y, además, formar a 5,9 millones de enfermeras más para cubrir las necesidades de la población derivadas de la pandemia del coronavirus Covid-19. “En total, se necesitarían 10,6 millones de enfermeras más”, explican.
En base al citado informe, por cada 10 enfermeras ‘nuevas’ formadas únicamente para paliar la escasez de profesionales, habría que capacitar a otras 8 profesionales para cubrir a aquellas que ya están ejerciendo, pero se van a jubilar antes de 10 años. El estudio, realizado con documentos deAustralia, Canada, China, Finlandia, Singapur, España, Tailandia, Reino Unido y Estados Unidos, muestra además los problemas que tienen las plantillas enfermeras cuando se acercan a su etapa de jubilación.
Dos estudios que analizan la situación española
En un contexto laboral español en el que existe una gran penosidad de los turnos enfermeros de 12 horas en el entorno hospitalaria y donde no existe la posibilidad de la prejubilación, el informe refleja un importante hecho que ocurre, específicamente, entre las enfermeras españolas. Según el citado documento, en una encuesta publicada en 2013 por España se denunciaba que las enfermeras de más de 50 años afrontaban su trabajo con un “menor compromiso afectivo e implicación laboral”.
En un estudio anónimo en el que participaron casi 500 profesionales, se discernió que cuando más mayor era el profesional de enfermería más quería prejubilarse. Así, cuando no existía esa posibilidad de adelantar su edad de jubilación o, simplemente, se acercaban a finalizar sus años trabajando, las profesionales experimentaban niveles “más altos de agotamiento y mayores actitudes laborales negativas”. Según el estudio del que se hace eco Sown, presentaban más deficiencia de salud informada y realizaban mayores demandas laborales.
Además, el documento también muestra otro trabajo de campo, en este caso realizado en 2018, que examinaba los antecedentes de la conductas de preparación para la jubilación en enfermeras mayores de 55 años e identificaba las diferencias de género. Dicho estudio longitudinal de pares emparejados de dos ondas contó con unamuestra tomada de cinco hospitales públicos y 132 enfermeras de más 55 años. En sus respuestas, ellas se mostraban menos preparadas para afrontar económicamente la merma que suponía una prejubilación que ellos.
Fuente : redacción médica