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Conceptos de vigilancia epidemiológica en el trabajo

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En salud laboral, el concepto de vigilancia epidemiológica se refiere a “la recogida sistemática y análisis de información sobre los factores de riesgo laborales (exposición) o sobre los efectos en la salud (enfermedades, accidentes) para la observación de la distribución y tendencia de los fenómenos de interés, con el fin de identificar los problemas y de dirigir y evaluar las intervenciones preventivas”.

La vigilancia epidemiológica es una herramienta fundamental tanto a nivel de la administración responsable de la seguridad y la salud laborales como para los servicios de prevención de las empresas, aseguran los especialistas del Instituto Vasco de Seguridad y Salud laborales.

La vigilancia epidemiológica como herramienta para la prevención de riesgos laborales

Los daños de la salud producidos o derivados del trabajo son prevenibles. Bajo esta premisa se articulan todas las acciones, programas y políticas de seguridad y salud en el trabajo.

En muchos lugares de trabajo hay información guardada que es esencial para mejorar las condiciones de seguridad y salud, pero ¿dónde está la infraestructura que extrae información para la prevención? La vigilancia epidemiológica es una herramienta que convierte a la prevención de los riesgos laborales y la salud en el trabajo en un proceso dinámico y de mejora continua. Dicha vigilancia se constituye como un instrumento de alerta y de información para la acción y utiliza los mismos ingredientes de conocer, actuar, evaluar y reajustar que utilizan los procesos de mejora continua desarrollados en el campo de los sistemas de gestión de calidad.

La prevención de los riesgos laborales supone un continuo de actuaciones que abarcan desde la prevención primaria hasta la prevención terciaria. Esta imagen simplificada de continuidad entre actuaciones necesita de la vigilancia para convertir a la prevención en un proceso dinámico que busca la mejora continua. Para ello es preciso que las actuaciones de las diferentes disciplinas preventivas no sean sólo una acumulación de actores y de intervenciones, sino que aporten elementos de información y de feedback entre ellas. Ésta es la responsabilidad de la vigilancia epidemiológica. Es una herramienta que, mediante su función de recopilación, análisis y aportación de información sobre las situaciones de riesgo o sobre los problemas de salud, permite utilizar esa información para ajustar o modificar las actuaciones previas que conducen al problema objeto de vigilancia. Con esta visión de la vigilancia, la vigilancia epidemiológica no se tiene que limitar a la observación de los efectos adversos sobre la salud, sino que puede dirigir el foco a cualquier otra actuación u objeto de observación de la cadena preventiva.

Así concebida, la vigilancia epidemiológica deja de ser un ámbito de exclusiva responsabilidad de los profesionales sanitarios para pasar a ser una necesidad de la gestión preventiva de la salud en el trabajo que requiere del trabajo coordinado de la empresa y los diferentes profesionales de la prevención y la salud.

Modelo conceptual de la vigilancia epidemiológica en el trabajo

El Instituto Vasco de Seguridad y Salud laborales advierte que toda definición conlleva un modelo que intenta representar y unos límites del objeto a definir. No existe un único modelo teórico para la vigilancia epidemiológica laboral.

Puede utilizar el modelo conceptual que procede de la epidemiología social y del estudio de los determinantes sociales de la salud, analiza los mecanismos sociales por los que las diferencias de empleo y de condiciones de trabajo determinan diferentes estados de salud en la población.

En este abordaje, las condiciones de trabajo se consideran como un conjunto relacionado de diferentes determinantes situados tanto en el marco físico del trabajo como más allá de la escena laboral y que condicionan la salud de los que trabajan.

Este modelo es más apropiado para el establecimiento de estrategias y de políticas de salud pública. En este modelo, la vigilancia epidemiológica también tiene una mirada más extendida y abarca un conjunto de determinantes sociales que van más allá del medio laboral.

La definición de vigilancia epidemiológica en el trabajo que se adopta en esta guía es la más extendida y utilizada por los organismos y profesionales de la salud laboral. Es una definición que permite ser aplicada en el primer nivel del dispositivo de vigilancia epidemiológica laboral que son las empresas y los servicios de prevención. Es una definición muy operacional y cuyo modelo conceptual está muy centrado en el entorno laboral. Al considerar los determinantes del trabajo que influyen en la salud de las personas, el modelo conceptual se limita esencialmente a las condiciones de trabajo que se dan en la situación de trabajo y los efectos en la salud que pueden derivarse. No parte de un modelo conceptual diferente del de los determinantes sociales de las desigualdades de salud, pero es más reduccionista, ya que lo limita al espacio más inmediato, al proceso de trabajo que son las condiciones de trabajo y los potenciales riesgos para la salud que estas generan. El proceso de vigilancia se va a limitar a este rango de determinantes inmediatos y al sistema de gestión de la prevención de esos riesgos.

Consecuencias del estrés sobre la salud psíquica y mental de los trabajadores

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Según L. Levi (1991), bajo ciertas circunstancias de intensidad, frecuencia y duración el estrés puede ser precursor de diversas enfermedades. Los síntomas de un estrés crónico son diversos:

  • físicos: dolores (musculares, de cabeza, articulares, etc.) perturbaciones del sueño y del apetito, sudoración inhabitual;
  • emocionales: mayor nerviosidad y sensibilidad, crisis de nervios y de lágrimas, angustia, ansiedad, tristeza, sensación de malestar;
  • intelectuales y cognitivos: dificultades para concentrarse, errores impensados, olvidos, dificultad para adoptar iniciativas,
  • comportamentales: incitaciones para adoptar ciertos comportamientos como el consumo de calmantes o excitantes (tabaco, café, alcohol, somníferos, ansiolíticos, modificación de hábitos alimentarios), comportamientos agresivos, violentos, o retraimiento y deseos de no ver gente.

Si esa situación de estrés se prolonga o se agrava, los síntomas arrastran alteraciones de la salud, que pueden ser graves e irreversibles: ansiedad, depresiones que pueden evolucionar hacia intentos de suicidio, obesidad abdominal, hipertensión arterial y perturbaciones del metabolismo (colesterol), enfermedades cardiovasculares (infartos del miocardio), TME, etc.

La combinación de altas exigencias con un bajo nivel de control sobre el trabajo o con pocas compensaciones, dobla el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular y muestran la asociación con diversas alteraciones de base inmunitaria, gastrointestinales, dermatológicas y endocrinológicas. Según el “Mental Health in the Work Place: Introduction”, de la OIT, el estrés era la segunda causa de ausentismo en la Unión Europea; en 1998 afectaba anualmente a 40 millones de trabajadores, lo cual insume muchos costos en el cuidado de la salud, aumenta los costos empresariales, limita las posibilidades de obtener altos estándares de calidad y reduce el crecimiento de la productividad.

Según la Fundación Europea para las Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo (1999) un 28% de los trabajadores europeos padece algún tipo de estrés laboral y explica el 55% del ausentismo laboral (Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, 2007). Debido a la “doble presencia”, las mujeres son más propensas a sufrir estrés laboral que los varones.

Varios autores han postulado que hay distintos patrones de conducta específicos que pueden contribuir al estrés laboral y que pueden incidir directamente en la aparición o no de síntomas. Por una parte existen sujetos que perciben el entorno como amenazante para su autoestima y tratan de lograr sus objetivos y controlar la situación. Otros sienten la urgencia del tiempo y se caracterizan por un fuerte impulso competitivo y gran dinamismo. Están los que son muy ambiciosos, agresivos, irritables, irascibles e impacientes y con frecuencia hiperactivos, lo cual incrementa la probabilidad de padecer un accidente cerebro vascular (ACV). También existen personas que son tranquilas, relajadas, confiadas, que expresan de manera abierta las emociones positivas y negativas, que por eso corren menos riesgos de ACV. Otro patrón de conducta se caracteriza por un estilo verbal pasivo, actitudes de resignación y de sumisión y bloqueo o contención expresiva de las emociones, o pueden observarse trabajadores cooperativos, que tienen deseos de agradar y controlan las expresiones de emociones negativas.

Según J. Peiró (2005), el trabajador con estrés laboral negativo o “distrés” puede mostrar signos o manifestaciones externas en los niveles motor y de conducta: por ejemplo hablar rápido, temblores, tartamudeo, imprecisión al hablar, precipitación a la hora de actuar, explosiones emocionales, hablar con voz entrecortada, comer excesivamente o experimentar falta de apetito, conductas impulsivas, risa nerviosa y bostezos frecuentes.

El estrés laboral genera consecuencias perjudiciales para la salud de la persona y el ambiente social y, además, inhibe la creatividad, la autoestima y el desarrollo personal (INSHT, 2001b). Puede actuar de manera directa o indirecta, y puede dar lugar a efectos secundarios y trastornos sobre la salud, tales como:

  • gastrointestinales (úlcera péptica, dispepsia funcional, intestino irritable, colitis ulcerosas),
  • cardiovasculares (incremento del ritmo cardíaco, hipertensión arterial, enfermedades coronarias.),
  • respiratorios (asma bronquial, hiperventilación, sensación de opresión en la caja torácica),
  • endócrinos (anorexia, hipoglucemia, descompensación de la diabetes, trastornos),
  • dermatológicos (prurito, dermatitis, sudoración excesiva, tricotilomanía),
  • musculares (tics, calambres y contracturas, rigidez, dolores musculares, alteraciones en los reflejos musculares (hiperreflexia o hiporreflexia) y otros (cefaleas, dolor crónico, trastornos inmunológicos, gripe, herpes, etc.).

Según el INSHT (2001b), el estrés laboral negativo también inhibe la creatividad, la autoestima y el desarrollo personal, y enumera algunas de sus manifestaciones: apatía, agresión, ansiedad, aburrimiento, depresión, fatiga, frustración, culpabilidad, irritabilidad, mal humor, baja autoestima, preocupación excesiva, la incapacidad para tomar decisiones, la sensación de confusión, la incapacidad para concentrarse y mantener la atención, los sentimientos de falta de control, la sensación de desorientación, los frecuentes olvidos, los bloqueos mentales, la hipersensibilidad a las críticas y recurrir al consumo de drogas tóxicas.

Esto puede provocar el desarrollo de trastornos psicológicos asociados al estrés: trastornos del sueño, ansiedad, fobias, drogodependencias, trastornos sexuales, depresión y otros trastornos afectivos, trastornos de la alimentación y trastornos de la personalidad. Todas estas consecuencias también deterioran la calidad de vida laboral y pueden generar conflictos en las relaciones interpersonales, tanto familiares como laborales.

Déficit de profesionales en Medicina y Enfermería del Trabajo

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Se produce una quiebra en la obligación constitucional de que los Poderes Públicos velen por asegurar la Seguridad y Salud de los trabajadores y garanticen el derecho a la salud

El Observatorio Sectorial, configurado en el marco del II Convenio Colectivo Nacional de los Servicios de Prevención Ajenos y  formado por FesM-UGT, CC.OO-Servicios, Federación ASPA, ASPREN y ANEPA ha puesto de manifiesto en una carta remitida a todas las Consejerías de Salud de las Comunidades Autónomas y a la Dirección General correspondiente del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, la problemática situación que padecen los Servicios de Prevención ante la carencia de Médicos Especialistas en Medicina del trabajo y Enfermeros Especialistas en Enfermería del Trabajo, profesionales sobre los que se sostiene la actividad sanitaria que llevan a cabo estas entidades especializadas en base a los preceptos contenidos en el RD 843/2011, de 17 de junio, por el que se establecen los criterios básicos sobre la organización de recursos para desarrollar la actividad sanitaria de los servicios de prevención. 

En este sentido este Observatorio considera destacar los siguientes datos: 

Según información facilitada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos en octubre de 2018, en respuesta a una consulta de este Observatorio Sectorial, el número de Médicos Especialistas en Medicina del Trabajo en nuestro país, asciende en la actualidad a un total de 5.962 profesionales. De la información facilitada, que recoge igualmente tramos de edad, destacar lo siguiente: 

o   En cuanto a la distribución por tramos de edad se destaca queel 79,03 % de los médicos especialistas en MT tiene más de 50 años, y el 46,4 % más de 60 años. 

o   No se ha distinguido de ese total de 5.962 los Médicos especialistas en Medicina del Trabajo aquellos que ejercen su actividad en el ámbito de la Prevención de Riesgos Laborales, sea en el Sistema Público de Salud o en un Servicio de Prevención, de aquellos que no lo hacen por contar con otra u otras especialidades. 

o   Del total de 149 plazas MIR acreditadas en Medicina del Trabajo en las distintas Unidades Docentes distribuidas por las CC.AA., y según información contenida en la Orden SCB/947/2018, de 7 de septiembre, se puede observar que en la convocatoria MIR 2018-2019, el total de plazas ofertadas asciende a 65 en todo el territorio nacional, muy lejos no obstante de las previsiones contempladas en las propias Unidades Docentes, por lo que no se prevé un relevo de esos profesionales que en los próximos años se van a jubilar. 

De la misma forma, el Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería ha informado que el total de enfermeros especialistas en ET asciende a 7.850 profesionales, sin que la información facilitada incluya tramos de edad ni distribución por provincias o CC.AA. 

o  Cabe destacar que de las 1.092 plazas EIR para el ejercicio 2018-19 se han reservado únicamente 18 de las mismas para la Especialidad de Enfermería del Trabajo 

Ante estos datos, la comunicación remitida por dicho Observatorio concluye que, teniendo en cuenta la población trabajadora de nuestro país nos encontramos ante la imposibilidad manifiesta de que el sistema de Vigilancia de la Salud previsto en la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales dé cobertura, en breve, al total de la población trabajadora de nuestro país, entendiendo se produce una quiebra en la obligación constitucional de que los Poderes Públicos velen por asegurar la Seguridad y Salud de los trabajadores y garanticen el derecho a la salud. 

Fuente: FESMCUGT


Control del riesgo biológico laboral

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Por riesgo biológico se entiende la exposición a agentes vivos capaces de originar cualquier tipo de infección, aunque también pueden provocar alergia o toxicidad.

Las infecciones son enfermedades transmisibles originadas por la penetración en el organismo de microbios o gérmenes (virus, bacterias, parásitos, hongos).

Aunque, en general, el riesgo biológico suele tener menor entidad que otros riesgos laborales (químicos, físicos, psíquicos o ergonómicos), afecta de forma muy especial a colectivos como agricultores y ganaderos o personal sanitario y de laboratorios. El crecimiento del sector terciario y, más concretamente, los servicios de atención al público (educación, servicios sociales, administración pública) multiplican los contactos interpersonales y aumentan el riesgo de transmisión de enfermedades.

Los trabajadores y trabajadoras de compañías aéreas y del comercio internacional están expuestos a contraer enfermedades tropicales como el paludismo. El hacinamiento y la falta de higiene y limpieza adecuada en locales de trabajo favorecen, también, la aparición de enfermedades infecciosas. Es conocido, en fin, el riesgo de tétanos en todos aquellos trabajos que entrañan la posibilidad de contaminación de heridas.

La aparición de nuevas enfermedades de extrema gravedad e incidencia creciente, como el SIDA o la enfermedad de las vacas locas (EEB), suponen situaciones de riesgo nuevas y de consecuencias desconocidas o insuficientemente conocidas dentro del ambiente laboral, y que son fuente de inquietud en amplios grupos de trabajadores.

Todo ello justifica sobradamente que los delegados de prevención dediquen atención a este tipo de riesgos.

¿Cómo se contrae una infección?

Para contraer una infección es necesario que coincidan una serie de circunstancias en íntima relación con tres elementos: el germen, la vía de transmisión y el propio sujeto.

Los gérmenes se desarrollan, según el caso, en el organismo humano o en el organismo animal. Las personas o animales portadores de gérmenes no siempre están enfermas. A veces se trata de portadores sanos que no sufren la enfermedad pero que sí pueden transmitirla.

Las diferentes formas mediante las que el organismo humano o animal contacta con su entorno son vías que permiten que los gérmenes salgan desde un individuo infectado al exterior. Así, se pueden transmitir gérmenes mediante la respiración, la saliva, la relación sexual, las heridas, la sangre, la leche, las heces o la orina, si bien suelen predominar unas determinadas vías y no otras según los casos.

El contagio puede ser directo (de persona a persona o de animal a persona) o de forma indirecta a través de elementos previamente contaminados por personas o animales infectados (aire, agua, suelo, alimentos, objetos, etc.).

Las vías de entrada de los gérmenes son a través de la piel (punciones, heridas, mordeduras, picaduras de insectos), la vía respiratoria (conversación, tos, aire contaminado, polvo con excrementos animales), la vía digestiva (alimentos o agua contaminados, manos sucias) y la vía sexual (semen, líquidos vaginales, contacto entre mucosas).

Trabajadores con riesgos especiales

Transmisión de persona a persona: personal sanitario, personal de seguridad, protección civil, enseñantes, geriátricos, centros de acogida, penitenciarios, servicios personales, etc.

Transmisión de animal a persona (zoonosis): veterinarios, ganaderos, industrias lácteas, mataderos, etc.

Transmisión a través de objetos o material contaminado: personal de limpieza, saneamiento público, agricultores, cocineros, mineros, industrias de lana, pieles y cuero, etc.

Control del riesgo biológico en el trabajo

Las medidas de prevención y control deben adecuarse en cada caso al tipo de germen, a la fuente de infección y al modo de transmisión de la enfermedad de que se trate. No obstante, se pueden formular algunas recomendaciones generales para todos los trabajos con riesgo de transmisión de enfermedades.

• Evitar la proliferación de gérmenes

  1. Control veterinario de los animales.
  2. Control sanitario de pieles, lanas, pelos, etc.
  3. Desinsectación y desratización.
  4. Desinfección y esterilización de productos contaminados.
  5. Diseño de locales de trabajo evitando lugares susceptibles de acumulación de suciedad.
  6. Limpieza y desinfección de locales de trabajo, lavabos, duchas y servicios higiénicos.

• Evitar la exposición

  1. Reducción del número de trabajadores expuestos.
  2. Técnicas y métodos de trabajo que impidan el contacto directo con material contaminado.
  3. Utilización de material desechable.
  4. Ventilación forzada o aspiración para eliminar polvo.
  5. Planes y pautas de actuación ante emergencias.
  6. Transporte y almacenamiento en condiciones de seguridad.
  7. Señalización adecuada y restricción de acceso.

• Protección individual

  1. Formación e información de los trabajadores.
  2. Limpieza y desinfección de ropas y utensilios.
  3. Higiene personal.
  4. Uso de jabones antisépticos, especialmente en heridas.
  5. Protección personal: ropa, guantes, mascarillas.
  6. Vacunación cuando sea efectiva y aplicable.
  7. Prohibición de comer, beber, fumar o aplicarse cosméticos en lugares de riesgo.


Sanidad tramita 6 recursos contra el RD de prescripción enfermera

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Elevados por la Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Aragón, Navarra, el Colegio de Enfermería de Baleares y el Consejo

El Ministerio de Sanidad está tramitando seis recursos contencioso-administrativos en el Tribunal Supremo contra el Real Decreto 954/2015, más conocido como el de prescripción enfermera.

Según recoge el Boletín Oficial del Estado en dos disposiciones los recursos han sido elevados por la Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Aragón, Navarra, el Colegio de Enfermería de Baleares y el Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana contra el Real Decreto que regula el uso y autorización de dispensación de medicamentos por parte de los enfermeros.

La publicación en el BOE de estas disposiciones sirve a efecto de información para que las personas interesadas “puedan comparecer y personarse como demandadas” en el plazo de nueve días desde esta comunicación.

«El enfermero no es un pobrecito, tiene competencias y responsabilidad»

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Según la OMC, no todos los facultativos están dando el mismo mensaje en relación al RD de prescripción enfermera

La Organización Médica Colegial lo tiene claro: no todos los facultativos están dando el mismo mensaje en relación al Real Decreto para la dispensación de medicamentos por parte de Enfermería. “Los enfermeros no son unos pobrecitos, sino que tienen sus competencias en función de su responsabilidad en esta materia”, ha indicado el vicepresidente de esta entidad, Serafín Romero, durante la jornada sobre actualización médico-legal en la práctica asistencial organizada por la OMC. 

Aunque esta normativa no estaba contemplada en el programa, la organización ha considerado oportuno dedicar unos minutos a aclarar las dudas que genera entre el colectivo médico. Para ello, Romero ha hecho una revisión de la relación médico-enfermero respecto a la prescripción a través de las diferentes leyes que se han ido publicando para regularla, hasta llegar a la más reciente, el RD 954/2015, de 23 de octubre y su polémico punto 3.2.

“No es un real decreto de prescripción enfermera, no lo pone en ningún sitio, sino de uso, indicación y autorización de medicamentos”, ha insistido Romero, quien ha recordado que este tipo de actuaciones sanitarias están jerarquizadas en función de la responsabilidad de los trabajadores.

El decreto de prescripción andaluz

La Organización Médica Colegial también ha puesto sobre la mesa el decreto autonómico que Andalucía publicó en 2009 para regular esta situación. A diferencia por el publicado en octubre, esta normativa no habla de prescripción, tal y como ha indicado el vicepresidente, sino de seguimiento protocolizado en tratamientos individualizados que se establezcan bajo una previa indicación y prescripción médica u odontológica.

“El decreto andaluz es bastante más restrictivo que el artículo 3.2 que ha añadido Sanidad al RD”, ha señalado Romero, quien considera, por otra parte, la indicación de medicación no sujeta a prescripción médica por parte de los enfermeros ha conseguido disminuir el gasto sanitario en esta comunidad.

Por otro lado, muchos de los asistentes han preguntado a la organización cómo actuar si contemplan una situación irregular sobre este asunto, a lo que la OMC ha sido tajante: “no pedimos que los médicos denuncien, pero si hay una mala praxis de otra profesión sanitaria, tienen la obligación deontológica de comunicarlo al colegio y ellos ya se encargarán”, ha sentenciado Romero.

La Rioja tendrá enfermeras residentes en Familia y Salud Mental en 2020

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En concreto, habrá un residente en Psiquiatría y otros dos en Atención Familiar y Comunitaria

La Rioja contará desde el curso 2020-2021 con enfermeras residentes en las especialidades de Atención Familiar y Comunitaria y de Salud Mental,tal y como se ha anunciado este viernes tras la reunión mantenida por la consejera de Salud, María Martín, con las directoras de Enfermería de Atención Primaria, Carmen Díez, y de Asistencia Especializada, Yolanda Caro.

El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha resuelto acreditar, recientemente, la solicitud de La Rioja para ampliar el número de especialidades donde puedan formarse los profesionales de Enfermería. Concretamente, en 2020 se incorporará una profesional de Enfermería como residente a la Unidad Docente Multiprofesional de Salud Mental, que actualmente tiene acreditada una plaza de Psiquiatría; y otros dos profesionales de enfermería, a la de Atención Familiar y Comunitaria.

La Rioja tiene actualmente una única unidad docente para la formación de enfermeras residentes, la de Matronas, que cuenta con cuatro profesionales en cada uno de los dos cursos. De esta forma, a partir del curso 2020-2021, serán 11 las enfermeras internas residentes que realicen las especialidades. 

La acreditación de estas unidades docentes ha supuesto cumplir con unos criterios restrictivos como la disponibilidad de enfermeras con formación específica, con publicaciones científicas y con trabajos de investigación.


Un reconocimiento al trabajo de la Enfermería riojana

La consejera de Salud, María Martín, ha destacado que se trata de una «excelente noticia” y que representa “el reconocimiento externo a un gran trabajo previo realizado que nos capacita para atraer a un mayor número de especialidades donde puedan formarse las profesionales de Enfermería”.

En este sentido, Martín ha subrayado el impulso estratégico que se ha dado, en los últimos años, a la Enfermería dentro del sistema riojano de salud con la puesta en marcha «de un Área de investigación en cuidados enfermeros en el Centro de Investigación Biomédica de La Rioja, que está impulsando tres guías para enfermeras sobre suicidio, obesidad y úlceras por presión».

OPE de Enfermería: 1 de cada 3 admitidos no fue al examen, baja la ratio

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Un total de 20.501 plazas (17.200 si no se cuentan las de Cataluña) estaban en juego este pasado 12 mayo en la OPE de Estabilización de Enfermería. Una prueba que ha citado a profesionales de toda España en 13 CCAA con el objetivo de conseguir un contrato fijo dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS). 

Con una ratio inicial de 6,8 admitidos por cada plaza ofertada, la resaca post-OPE deja ‘buenas noticias’ para los aspirantes. Solo 82.408 profesionales se presentaron a una cita en la que se esperaban 128.015 enfermeros, es decir un 64 por ciento de los aspirantes acudieron. Es decir,una de cada tres enfermeras no se presentó al examen.

Las cifras recabadas por Redacción Médica facilitadas por un recuento del sindicato Satse, que no tienen en cuenta Cataluña puesto que la organización regional ha precisado que no se conocían los datos de los aspirantes finalmente presentados, reflejan una bajada considerable de los aspirantes con hasta 40.000 ‘competidores’ menos.

De esta forma, la ratio que reflejan los datos de presentados por cada plaza se queda (dividiendo el número de presentados por cada una de las plazas a excepción de Cataluña) en 4.36 aspirantes por cada vacante ofertada. Lo que supone una reducción de hasta 2 puntos porcentuales de la estimación inicial que era 6,8. Previsiblemente, acceder a un puesto de personal estatutario dentro del SNS será más ‘fácil’.


Por comunidad 

En Madrid, 21.075 aspirantes se presentaron finalmente a una prueba que contó con un total de 5.266 plazas ofertadas. Esto acarreó que el porcentaje de profesionales por cada puesto ofertado bajara de 6.6 a 4.

En Andalucía, por el contrario, el sindicato Satse contabilizó un total de 19.630 presentados para las 4.023 plazas convocadas. El número de enfermeros por plaza, 5.8, se redujo hasta los 4,88.  Algo similar ocurrió enBaleares (de 3.5 enfermeros aspirando a un puesto fijo a 2.97 según el número de aspirantes contabilizados por Satse)y  Murcia (de 7.9 a 6.13). 

Gráfico elaborado por Redacción Médica con la colaboración del Consejo General de Enfermería y el sindicato Satse. 

En las CCAA donde los aspirantes de la OPE han sido mucho más bajas de lo esperada son Asturias, con la mitad de aspirantes, Cantabria (asistieron el 41 por ciento de los admitidos) y Extremadura (el 45 por ciento). En estos casos las posibilidades de conseguir un puesto como personal estatutario han pasado de 12,2 a 6,6; 8 a 3,3 y 15,5 a 7,17 respectivamente.

La bajada más considerable, en este caso, ha sido La Rioja donde acudieron un total de 711 profesionales cuando se esperaban 1.858, según los datos facilitados por el Consejo General de Enfermería (CGE). En su caso, el porcentaje de aspirantes por plaza ha caído del 20,9 a 7,99. 

Menos significante ha sido la bajada en las ratios de Galicia, donde han pasado de 7,9 aspirantes por puesto a 6,13 o en Castilla y León, donde las plantillas de respuestas se publicarán el 14 de mayo, y en el que han pasado de 6,9 a 4,66. 

Similar a lo ocurrido en Canarias y Aragón, ambas OPE tuvieron un porcentaje de participación cercano al 75 por ciento y, finalmente, tendrán un porcentaje de 11,94 presentados por plaza en el caso de Aragón y 7,87 en las Islas Canarias.

Estereotipos enfermeros: los hombres, homosexuales o malos profesionales

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A diferencia de a las mujeres, a los enfermeros les identifican en ocasiones con un médico por ser un hombre

os comentarios insultantes vinculados a la falsa imagen ‘sexualizada’ de la enfermera y aquellos que cuestionan la sexualidad del enfermero son los que más sufren estos profesionales a tenor de los resultados del estudio elaborado por el Sindicato de Enfermería Satse, en base a los testimonios aportados por los afectados en la “línea abierta” puesta en marcha con motivo de la campaña “Rompe con los estereotipos”

A través de la dirección de e-mail ‘opina@satse.es’, así como por WhatsApp, al número de teléfono, 682622021, las enfermeras han tenido oportunidad de ofrecer sus testimonios sobre situaciones y experiencias personales que han supuesto una agresión a su dignidad profesional y personal. 

Entre los resultados más llamativos, destaca la percepción mayoritaria de que los enfermeros son hombres de tendencia homosexual. Son significativos también los testimonios relativos a que algún paciente considera que un enfermero no puede ser un buen profesional por el mero hecho de ser un hombre.

Insinuaciones irrespetuosas y comentarios sobre la apariencia física

En lo que respecta a las mujeres, los testimonios de profesionales que aseguran haber sufrido comentarios insultantes vinculados a la falsa imagen ‘sexualizada’ de la enfermera son mayoritarios. También se destacan situaciones en las que un paciente o familiar ha hecho algún tipo de insinuación irrespetuosa con la intimidad del profesional e, incluso, ha protagonizado un comportamiento totalmente reprobable. 


A las enfermeras se las desprecia por el mero hecho de ser mujeres

Otras enfermeras aseguran haber escuchado a lo largo de su trayectoria profesional en distintas ocasiones comentarios inapropiados hacia ellas por el mero hecho de ser mujeres o por su apariencia física, y otras destacan comentarios o conductas que muestran una clara infravaloración y/o falta de reconocimiento hacia su trabajo como enfermera.

Satse también ha recogido testimonios sobre comentarios insultantes relativos a supuestas relaciones entre profesionales y compañeros de trabajo y otros que aluden a que el paciente no quiere ser atendido por esta profesional simplemente por ser una mujer.

A los enfermeros se les confunde con médicos, pero a ellas no

De otro lado, los enfermeros también sufren comentarios o conductas insultantes vinculados a una falsa imagen “sexualizada” de su profesión. También coinciden con sus compañeras en el hecho de que algunos pacientes minusvaloran o no reconocen como deben su labor o que un paciente, generalmente mujer, no ha querido ser atendido por un hombre.A diferencia de a las mujeres, a los enfermeros les identifican en ocasiones con un médico por ser un hombre.

Críticas para el ‘enfermero sexy’ de Instagram por sexualizar al colectivo

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Enfermeras y enfermeros denuncian en redes sociales la imagen que ha compartido un compañero en una consulta médica

Nuevo alboroto en redes sociales por una publicación de Instagram, pero que en esta ocasión nada tiene que ver con algún futbolista, cantante o youtuber de moda, sino con un profesional sanitario. Y es que el más conocido como el enfermero más ‘sexy’ de Baleares, Alejandro Sánchez,ha subido una historia en su cuenta personal en la que se le puede ver con bata de hospital, torso descubierto, fonendoscopio al cuello y comiendo uvas de manera muy sensual. Una imagen que nada ha gustado al colectivo de Enfermería.

“Permitidme que insista: el uso de las #RRSS a nivel profesional requiere #formación #ética #respeto y estar para aportar #valor #conocimiento y sumar. Usar las redes sociales para mostrar una imagen que pueda afectar al colectivo”, ha denunciado así la enfermera @DUEdevocacion en su cuenta de Twitter.

Permitidme que insista: el uso de las #RRSS a nivel profesional requiere #formacion #etica #respeto y estar para aportar #valor#conocimiento y sumar
usar las redes para mostrar una imagen que pueda afectar al colectivo
https://t.co/Z8E6No9KfF #estoNo @HManacor— Teresa Pérez (@DUEdevocacion) 9 de diciembre de 2018

El comentario de esta profesional sanitaria no ha sido el único que ha dejado clara la disconformidad del colectivo por la imagen que ha ofrecido este enfermero instagramer en la red social. Las críticas por esta fotografía que ha compartido el modelo también se basan en que las imágenes se tomaron en una consulta médica.

Numerosos profesionales sanitarios han expresado su cabreo por esta imagen sexista de la profesión que, según  denuncian muchas enfermeras y enfermeros en Twitter, en nada beneficia al colectivo.

En la profesión tenemos muchas #enfermeras que tienen claro la importancia de poner en valor la #visibilidadenfermera

Aunque otros parece que no…#asíNO#esoNOrepresentaEnfermería#NOennombredemiprofesión

Un extra de #profesiónenreflexión pic.twitter.com/RkhJkOzPOm— Tolo Villalonga (@tolitovm) 10 de diciembre de 2018

Estas situaciones que comprometen a un colectivo como el nuestro en el que siempre tenemos que luchar por eliminar estereotipos deben de ser sancionadas.
Utilizar un uniforme así es tener muy poco respeto a la organización que perteneces y a las enfermeras.— Lucía Manzanedo (@luciaotf) 9 de diciembre de 2018

Debemos respetar la profesión #enfermera
Las enfermeras #cuidan, acompañan, #curan, valoran, evalúan, #gestionan por, para y con el #paciente intentando mejorar calidad de vida
Nada relacionado con la falta de valores que resalta la superficialidad de los cánones no aceptados— Isabel Pérez Loza (@IsabelPrez10) 9 de diciembre de 2018

Penoso. Entre otras cosas porque no es consciente de que en ese momento, uniformado, representa a su Institución (luego, seguramente sancionable)— Elena (@portiecha) 9 de diciembre de 2018

Por favor, no
No con mi uniforme
No con mi fonen
No con mi profesión— María Ramírez Sánchez (@lovenursingmery) 9 de diciembre de 2018

Intentando no cosificar más la profesión y añadiendo nuestro plus de profesionalidad, humanidad y excelencia profesional basada en la evidencia científica,  estas manifestaciones sólo consiguen seguir perpetuando los estereotipos. Vergüenza ajena— Mayte Cri (@MayteCri) 9 de diciembre de 2018

Incluso desde el propio Colegio Oficial de Enfermería de las Islas Balearesse han pronunciado sobre este asunto anunciando que comenzarán “tramites para averiguar quién es esta persona no colegiada en Baleares que posa con uniforme del @HManacor”, han dicho en Twitter.

Es indignante la utilización del uniforme, instalaciones y nombre de una profesión para fines que nada tienen que ver con la #enfermería . Iniciaremos los trámites para averiguar quién es esta persona no colegiada en #Baleares que posa con uniforme del @HManacor @ibsalut— COIBA (@Coiba1) 9 de diciembre de 2018

#Gracias #Gràcies a todas las #enfermeras #indignadas que habéis alzado la voz contra el mal uso y falta de respeto hacia nuestra imagen profesional #EnfermeríaVisible Investigamos y daremos respuesta.