Utilizar el marco de enfermería basada en la evidencia para fomentar el uso de la investigación, el planteamiento de nuevos proyectos,prácticas de enfermería, desarrollos de políticas y problemas profesionales
Registrarse como voluntario/aConvocatoria a profesionales de la salud
La cartera sanitaria nacional convoca a profesionales de la salud a prestar servicios sanitarios en el marco de la pandemia de coronavirus, en búsqueda de reforzar los equipos constituidos en diferentes efectores de salud dependientes de la Nación y de las provincias.
Se convoca a enfermeros/as; bioquímicos/as; kinesiólogos/as y médicos/as especialistas, en particular de las especialidades de Clínica Médica, Cardiología, Neumonología, Terapia Intensiva de Adultos y Pediátrica, Emergentología, Pediatría y Medicina General y/o Familiar, a inscribirse en un registro de voluntarios para prestar servicios en el marco de la epidemia de COVID-19. También serán recibidas las propuestas de profesionales de otras especialidades.
La convocatoria será hecha a través de un registro voluntario que luego será derivada a las jurisdicciones correspondientes a fin de poder planificar el RRHH.
Los gobiernos deben aprovechar el impulso creado por la pandemia de COVID-19 para avanzar rápidamente hacia sistemas de protección social financiados a nivel colectivo, inclusivos y permanentes.
GINEBRA (OIT Noticias) – Si la pandemia de COVID-19 ha enviado un mensaje al mundo, es que nuestra seguridad es tan precaria como la de los más vulnerables. Quienes no pueden ponerse en cuarentena o recibir tratamiento ponen en peligro sus propias vidas y las de los demás, y si un país no puede contener el virus, los demás están obligados a infectarse, o incluso a reinfectarse. Pero, los sistemas de protección social de todo el mundo están fracasando estrepitosamente a la hora de salvaguardar las vidas y los medios de subsistencia de los grupos vulnerables.
Casi el 40% de la población mundial no tiene seguro de salud ni acceso a otros sistemas nacionales de salud. Unos 800 millones de personas gastan cada año al menos el 10% de su presupuesto familiar en atención a la salud, y 100 millones de personas caen en la pobreza debido a que tienen que enfrentar gastos médicos. Esto significa que una significativa parte de la gente simplemente carece de los medios para buscar tratamiento, incluso cuando adquieren enfermedades altamente contagiosas como el COVID-19.
Para agravar el problema, una abrumadora mayoría de los trabajadores carecen de la seguridad económica necesaria para acceder a licencia por enfermedad o hacer frente a una emergencia inesperada. Dado que menos de dos tercios de los países cuentan con un sistema de seguro social o de asistencia social que brinde subsidios por enfermedad, los enfermos suelen verse obligados a elegir entre poner en peligro su salud personal y pública, o pagar sus facturas.
No es sorprendente que la protección contra el desempleo sea también inadecuada, a pesar del papel crítico que juega en el apoyo a los ingresos de los hogares y en la estabilización de la demanda agregada. Las empresas que dependen de los proveedores en las regiones afectadas por los brotes o que se enfrentan a una reducción de la demanda debido a los cierres y otras medidas de contención, se han visto sometidas a una inmensa presión. Cientos de miles de puestos de trabajo están ahora en peligro . Sin embargo, sólo uno de cada cinco desempleados en todo el mundo puede acceder a beneficios de desempleo .
Como demuestra claramente la pandemia de COVID-19, esta situación no sólo perjudica a los más pobres y vulnerables, sino que amenaza el bienestar de sociedades enteras y de toda la comunidad mundial. Cerca del 55% de la población mundial – unos 4.000 millones de personas – no se beneficia de ninguna forma de protección social, y para enfrentar la brecha muchos países confían en soluciones basadas en el mercado que sólo unos pocos pueden costearse.
Esto no es una novedad para los líderes mundiales. Tras la última catástrofe mundial – la crisis financiera de 2008 – la comunidad internacional adoptó por unanimidad la Recomendación sobre los pisos de protección social, 2012 (núm. 202) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), comprometiéndose así a establecer niveles mínimos de protección que sirvan de base para crear sistemas de seguridad social integrales.
En el 2015, los líderes mundiales dieron otro esperanzador paso adelante, al acordar la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 . Muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible promueven el carácter imprescindible de la protección social. Por ejemplo, la meta 3.8 tiene por objeto “lograr la cobertura sanitaria universal, en particular la protección contra los riesgos financieros, el acceso a servicios de salud esenciales de calidad y el acceso a medicamentos y vacunas seguros, eficaces, asequibles y de calidad para todos”. En la meta 10.4 se pide a los países “adoptar políticas, en especial fiscales, salariales y de protección social, y lograr progresivamente una mayor igualdad”. La meta 1.3 apunta a “Poner en práctica a nivel nacional sistemas y medidas apropiadas de protección social para todos y, para 2030, lograr una amplia cobertura de los pobres y los más vulnerables”.
Pero, como la crisis del COVID-19 está dejando muy en claro, no se ha avanzado lo suficiente. Si la pandemia tiene un resquicio de esperanza, la expectativa es que estimule a los gobiernos a ampliar el acceso a los servicios de salud, los subsidios de enfermedad y la protección contra el desempleo. Después de todo, la evidencia demuestra que ese gasto tiene un mayor efecto multiplicador positivo en la economía que otras medidas, y a la vez puede contribuir a la estabilidad social y política.
Por supuesto, queda la duda de cómo pagar la protección social. La OIT estima que, en el caso de las economías en desarrollo, el déficit promedio de financiamiento para la puesta en marcha de un piso de protección social adecuado equivale al 1,6% del PIB. En el caso de los países de bajos ingresos, esa brecha es mucho mayor: alrededor del 5,6% del PIB; y es poco probable que dispongan de suficiente espacio fiscal para cerrar la brecha por sí solos.
Sin embargo, el mundo nunca ha sido tan rico como lo es hoy en día. Con o sin recesión inducida por una pandemia, existe suficiente capacidad de movilizar los recursos necesarios. Para ello, los países deberían adoptar reformas del impuesto de las sociedades para garantizar que las multinacionales contribuyan de manera justa a las finanzas públicas. Los impuestos progresivos sobre la renta y el patrimonio, así como las políticas para reducir los flujos financieros ilícitos, también ayudarían.
Pero estas medidas tardarían en surtir efecto, y como la pandemia ya está perturbando la actividad económica y diezmando los ingresos y la demanda, es crucial actuar con rapidez. A corto plazo, tanto los países desarrollados como los países en desarrollo necesitan más flexibilidad para financiar el déficit y obtener préstamos internacionales en condiciones favorables para apoyar sus inversiones en sistemas de protección social.
Muchos gobiernos – en particular en los países con sistemas de atención de la salud financiados mediante contribuciones sociales o impuestos – ya están aumentando el gasto, a fin de garantizar el acceso a los servicios necesarios durante la crisis del COVID-19, incluso mediante la integración de medidas de prevención, exámenes clínicos y tratamiento en los paquetes de prestaciones. Corea del Sur, por ejemplo, realiza miles de exámenes de COVID-19 al día, en centros de pruebas financiados por el Estado.
Además, varios gobiernos han aumentado el apoyo económico a los hogares y las empresas. Hong Kong (RAE de China), Irlanda y el Reino Unido han extendido los subsidios de enfermedad a los trabajadores en cuarentena o auto cuarentena. Alemania y los Países Bajos están ofreciendo prestaciones de desempleo parcial a los trabajadores cuyas horas se han reducido debido a la fuerte caída de la demanda.
De manera análoga, China, Francia, Portugal y Suiza han ampliado el derecho a recibir prestaciones de desempleo para incluir a los trabajadores de empresas a las que se ha ordenado el cierre temporal, mientras que Australia, China y Portugal han ampliado la asistencia social a las poblaciones vulnerables. Y muchos países – como China, Francia y Tailandia – han retrasado los plazos para el pago de las contribuciones a la seguridad social y los impuestos.
Pero estas medidas son sólo un primer paso. Los gobiernos deben aprovechar el impulso creado por la crisis actual para avanzar rápidamente hacia sistemas de protección social financiados colectivamente, integrales y universales. Sólo entonces nuestras sociedades y economías estarán en capacidad para sobrellevar la pandemia del COVID-19 y las demás crisis que se avecinan.
Por Shahra Razavi, Directora del Departamento de protección social de la OIT
INSPIRE Simulación FEMEBA te propone participar de este curso que es libre y gratuito e invita, a partir de un escenario de simulación clínica avanzada, a reflexionar y adquirir herramientas para el manejo adecuado de los pacientes sospechosos de COVID-19 en cada lugar de trabajo y de acuerdo a las recomendaciones vigentes.
La OMS despejó las dudas respecto a qué es la enfermedad COVID-19, sus síntomas, medidas de prevención, riesgo de contagio con mascotas y el desarrollo de una posible vacuna
La Organización Mundial de la Salud despejó las dudas respecto a qué es la enfermedad COVID-19, sus síntomas, medidas de prevención, riesgo de contagio con mascotas y el desarrollo de una posible vacuna (AFP)
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una serie de preguntas y respuestas para informar sobre lo último que se sabe respecto al coronavirus COVID-19, pandemia que paraliza cada vez a más naciones, con más de 170 mil casos distribuidos en 157 países.
Con sede en Ginebra, Suiza, la OMS es el organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) especializado en gestionar políticas de prevención, promoción e intervención en salud a nivel mundial. Su objetivo es el de “construir un futuro mejor y más saludable para las personas de todo el mundo, a través de las oficinas que la OMS tiene en más de 150 países, su personal trabaja junto con los gobiernos y otros asociados para que todas las personas gocen del grado máximo de salud que se pueda lograr”.
En esta nota, las preguntas y respuestas de las OMS:
¿Qué es un coronavirus?
Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). El coronavirus que se ha descubierto más recientemente causa la enfermedad por coronavirus COVID-19.
¿Qué es la COVID-19?
La COVID-19 es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente. Tanto el nuevo virus como la enfermedad eran desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019.
¿Cuáles son los síntomas de la COVID-19?
Los síntomas más comunes de la COVID-19 son fiebre, cansancio y tos seca. Algunos pacientes pueden presentar dolores, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta o diarrea. Estos síntomas suelen ser leves y aparecen de forma gradual. Algunas personas se infectan pero no desarrollan ningún síntoma y no se encuentran mal. La mayoría de las personas (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial. Alrededor de 1 de cada 6 personas que contraen la COVID-19 desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar. Las personas mayores y las que padecen afecciones médicas subyacentes, como hipertensión arterial, problemas cardíacos o diabetes, tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave. En torno al 2% de las personas que han contraído la enfermedad han muerto. Las personas que tengan fiebre, tos y dificultad para respirar deben buscar atención médica.
La COVID-19 es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente. Tanto el nuevo virus como la enfermedad eran desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019 (Foto: Shutterstock)
¿Cómo se propaga la COVID-19?
Una persona puede contraer la COVID-19 por contacto con otra que esté infectada por el virus. La enfermedad puede propagarse de persona a persona a través de las gotículas procedentes de la nariz o la boca que salen despedidas cuando una persona infectada tose o exhala. Estas gotículas caen sobre los objetos y superficies que rodean a la persona, de modo que otras personas pueden contraer la COVID-19 si tocan estos objetos o superficies y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca. También pueden contagiarse si inhalan las gotículas que haya esparcido una persona con COVID-19 al toser o exhalar. Por eso es importante mantenerse a más de 1 metro (3 pies) de distancia de una persona que se encuentre enferma.
La OMS está estudiando las investigaciones en curso sobre las formas de propagación de la COVID-19 y seguirá informando sobre los resultados actualizados.
¿Puede transmitirse a través del aire el virus causante de la COVID-19?
Los estudios realizados hasta la fecha apuntan a que el virus causante de la COVID-19 se transmite principalmente por contacto con gotículas respiratorias, más que por el aire. Véase la respuesta anterior a la pregunta «¿Cómo se propaga la COVID-19?»
¿Es posible contagiarse de COVID-19 por contacto con una persona que no presente ningún síntoma?
La principal forma de propagación de la enfermedad es a través de las gotículas respiratorias expelidas por alguien al toser. El riesgo de contraer la COVID-19 de alguien que no presente ningún síntoma es muy bajo. Sin embargo, muchas personas que contraen la COVID-19 solo presentan síntomas leves. Esto es particularmente cierto en las primeras etapas de la enfermedad. Por lo tanto, es posible contagiarse de alguien que, por ejemplo, solamente tenga una tos leve y no se sienta enfermo. La OMS está estudiando las investigaciones en curso sobre el periodo de transmisión de la COVID-19 y seguirá informando sobre los resultados actualizados.
¿Es posible contagiarse de COVID-19 por contacto con las heces de una persona que padezca la enfermedad?
El riesgo de contraer la COVID-19 por contacto con las heces de una persona infectada parece ser bajo. Aunque las investigaciones iniciales apuntan a que el virus puede estar presente en algunos casos en las heces, la propagación por esta vía no es uno de los rasgos característicos del brote. La OMS está estudiando las investigaciones en curso sobre las formas de propagación de la COVID-19 y seguirá informando sobre los nuevos resultados. No obstante, se trata de un riesgo y por lo tanto es una razón más para lavarse las manos con frecuencia, después de ir al baño y antes de comer.
Un hombre en Iraq lleva un barbijo en un mercado en Baghdad (REUTERS/Thaier Al-Sudani)
¿Qué puedo hacer para protegerme y prevenir la propagación de la enfermedad?
Medidas de protección para todas las personas
Manténgase al día de la información más reciente sobre el brote de COVID-19, a la que puede acceder en el sitio web de la OMS y a través de las autoridades de salud pública pertinentes a nivel nacional y local. Se han registrado casos en muchos países de todo el mundo, y en varios de ellos se han producido brotes. Las autoridades chinas y las de otros países han conseguido enlentecer o detener el avance de los brotes, pero la situación es impredecible y es necesario comprobar con regularidad las noticias más recientes.
Hay varias precauciones que se pueden adoptar para reducir la probabilidad de contraer o de contagiar la COVID-19:
Lávese las manos a fondo y con frecuencia usando un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón.
¿Por qué? Lavarse las manos con agua y jabón o usando un desinfectante a base de alcohol mata los virus que pueda haber en sus manos.
Mantenga una distancia mínima de 1 metro (3 pies) entre usted y cualquier persona que tosa o estornude.
¿Por qué? Cuando alguien tose o estornuda, despide por la nariz o por la boca unas gotículas de líquido que pueden contener el virus. Si está demasiado cerca, puede respirar las gotículas y con ellas el virus de la COVID-19, si la persona que tose tiene la enfermedad.
Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca.
¿Por qué? Las manos tocan muchas superficies y pueden recoger virus. Una vez contaminadas, las manos pueden transferir el virus a los ojos, la nariz o la boca. Desde allí, el virus puede entrar en su cuerpo y causarle la enfermedad.
Tanto usted como las personas que les rodean deben asegurarse de mantener una buena higiene de las vías respiratorias. Eso significa cubrirse la boca y la nariz con el codo doblado o con un pañuelo de papel al toser o estornudar. El pañuelo usado debe desecharse de inmediato.
¿Por qué? Los virus se propagan a través de las gotículas. Al mantener una buena higiene respiratoria está protegiendo a las personas que le rodean de virus como los del resfriado, la gripe y la COVID-19.
Permanezca en casa si no se encuentra bien. Si tiene fiebre, tos y dificultad para respirar, busque atención médica y llame con antelación. Siga las instrucciones de las autoridades sanitarias locales.
¿Por qué? Las autoridades nacionales y locales dispondrán de la información más actualizada sobre la situación en su zona. Llamar con antelación permitirá que su dispensador de atención de salud le dirija rápidamente hacia el centro de salud adecuado. Esto también le protegerá a usted y ayudará a prevenir la propagación de virus y otras infecciones.
Manténgase informado sobre las últimas novedades en relación con la COVID-19. Siga los consejos de su dispensador de atención de salud, de las autoridades sanitarias pertinentes a nivel nacional y local o de su empleador sobre la forma de protegerse a sí mismo y a los demás ante la COVID-19.
¿Por qué? Las autoridades nacionales y locales dispondrán de la información más actualizada acerca de si la COVID-19 se está propagando en su zona. Son los interlocutores más indicados para dar consejos sobre lo que debe hacer la gente de su zona para protegerse.
Consulte las noticias más recientes sobre las zonas de mayor peligro (es decir, las ciudades y lugares donde la enfermedad se está propagando más extensamente). Si le es posible, evite desplazarse a estas zonas, sobre todo si su edad es avanzada o tiene usted diabetes, cardiopatías o neumopatías.
¿Por qué? Estas precauciones se deben adoptar en estas zonas porque la probabilidad de contraer la COVID-19 es más elevada.
Medidas de protección para las personas que se encuentran en zonas donde se está propagando la COVID-19 o que las han visitado recientemente (en los últimos 14 días)
• Siga las orientaciones antes expuestas (Medidas de protección para todas las personas)
• Permanezca en casa si empieza a encontrarse mal, aunque se trate de síntomas leves como dolor de cabeza, fiebre ligera (37,3°C o más) y rinorrea leve, hasta que se recupere. Si le resulta indispensable salir de casa o recibir una visita (por ejemplo, para conseguir alimentos), póngase una mascarilla para no infectar a otras personas.
¿Por qué? Evitar los contactos con otras personas y las visitas a centros médicos permitirá que estos últimos funcionen con mayor eficacia y ayudará a protegerle a usted y a otras personas de posibles infecciones por el virus de la COVID-19 u otros.
• Si tiene fiebre, tos y dificultad para respirar, busque rápidamente asesoramiento médico, ya que podría deberse a una infección respiratoria u otra afección grave. Llame con antelación e informe a su dispensador de atención de salud sobre cualquier viaje que haya realizado recientemente o cualquier contacto que haya mantenido con viajeros.
¿Por qué? Llamar con antelación permitirá que su dispensador de atención de salud le dirija rápidamente hacia el centro de salud adecuado. Esto ayudará también a prevenir la propagación de virus y otras infecciones.
La OMS recomienda lavarse las manos a fondo y con frecuencia usando un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón (Foto: Matias Arbotto)
¿Qué probabilidades hay de que contraiga la COVID-19?
El riesgo depende del lugar donde se encuentre usted y, más concretamente, de si se está produciendo un brote de COVID-19 en dicho lugar.
Para la mayoría de las personas que se encuentran en la mayor parte de los lugares, el riesgo de contraer esta enfermedad continúa siendo bajo. Sin embargo, sabemos que hay algunos lugares (ciudades o zonas) donde se está propagando y donde el riesgo de contraerla es más elevado, tanto para las personas que viven en ellas como para las que las visitan. Los gobiernos y las autoridades sanitarias están actuando con determinación cada vez que se detecta un nuevo caso de COVID-19. Es importante que todos respetemos las restricciones relativas a los viajes, los desplazamientos y las concentraciones multitudinarias de personas aplicables a cada lugar en concreto. Si cooperamos con las medidas de lucha contra la enfermedad, reduciremos el riesgo que corremos cada uno de nosotros de contraerla o de propagarla.
Como se ha comprobado en China y en otros países, es posible detener los brotes de COVID-19 y poner fin a su transmisión. No obstante, la gran rapidez con que pueden aparecer nuevos brotes nos obliga a ser conscientes de la situación en los lugares donde nos encontramos o donde tengamos intención de ir. La OMS publica cada día actualizaciones sobre la situación de la COVID-19 en el mundo, que se pueden consultar, en inglés, en esta página.
¿Debo preocuparme por la COVID-19?
Por lo general, los síntomas de la COVID-19 son leves, sobre todo en los niños y los adultos jóvenes. No obstante, también pueden ser graves y obligan a hospitalizar a alrededor de uno de cada cinco infectados. Por consiguiente, es bastante normal preocuparse por los efectos que el brote de COVID-19 puede tener en nosotros y en nuestros seres queridos.
Esta preocupación debe servirnos para adoptar medidas de protección para nosotros, nuestros seres queridos y las comunidades donde vivimos. La medida principal y más importante es la higiene regular y completa de las manos y de las vías respiratorias. En segundo lugar, es importante mantenerse informado y seguir los consejos de las autoridades sanitarias locales, como los relativos a los viajes, los desplazamientos y los eventos donde se pueda concentrar un gran número de personas. Puede consultar los consejos sobre protección en esta página.
Una mujer toma una foto de fideos desparramados en el piso frente a estantes de pasta vacíos en un supermercado, mientras la gente acudía a comprar comida por el brote de coronavirus, en Buenos Aires, Argentina, el 15 de marzo de 2020 (REUTERS/Agustin Marcarian)
¿Quién corre riesgo de desarrollar una enfermedad grave?
Todavía tenemos mucho por aprender sobre la forma en que la COVID-2019 afecta a los humanos, pero parece que las personas mayores y las que padecen afecciones médicas preexistentes (como hipertensión arterial, enfermedades cardiacas o diabetes) desarrollan casos graves de la enfermedad con más frecuencia que otras.
¿Son eficaces los antibióticos para prevenir o tratar la COVID-19?
No. Los antibióticos no son eficaces contra los virus, solo contra las infecciones bacterianas. La COVID-19 está causada por un virus, de modo que los antibióticos no sirven frente a ella. No se deben usar antibióticos como medio de prevención o tratamiento de la COVID-19. Solo deben usarse para tratar una infección bacteriana siguiendo las indicaciones de un médico.
¿Existen medicamentos o terapias que permitan prevenir o curar la COVID-19?
Aunque algunos remedios occidentales, tradicionales o caseros pueden proporcionar confort y aliviar los síntomas de la COVID-19, no hay pruebas de que los medicamentos actuales puedan prevenir o curar la enfermedad. La OMS no recomienda la automedicación, en particular con antibióticos, para prevenir o curar la COVID-19. Hay varios ensayos clínicos en curso con medicamentos occidentales y tradicionales. La OMS facilitará información actualizada tan pronto como los resultados de los ensayos clínicos estén disponibles.
¿Existe alguna vacuna, medicamento o tratamiento para la COVID-19?
Todavía no. Hasta la fecha, no hay ninguna vacuna ni medicamento antiviral específico para prevenir o tratar la COVID-2019. Sin embargo, los afectados deben recibir atención de salud para aliviar los síntomas. Las personas que presentan casos graves de la enfermedad deben ser hospitalizadas. La mayoría de los pacientes se recuperan con la ayuda de medidas de apoyo.
Se están investigando posibles vacunas y distintos tratamientos farmacológicos específicos. Hay ensayos clínicos en curso para ponerlos a prueba. La OMS está coordinando los esfuerzos dirigidos a desarrollar vacunas y medicamentos para prevenir y tratar la COVID-19.
Las formas más eficaces de protegerse a uno mismo y a los demás frente a la COVID-19 son: lavarse las manos con frecuencia, cubrirse la boca con el codo o con un pañuelo de papel al toser y mantener una distancia de al menos 1 metro (3 pies) con las personas que tosen o estornudan. (Véase ¿Qué puedo hacer para protegerme y prevenir la propagación de la enfermedad?).
Hasta la fecha, no hay ninguna vacuna ni medicamento antiviral específico para prevenir o tratar la COVID-2019 (Shutterstock)
¿Son lo mismo la COVID-19 y el SRAS?
No. El genoma del virus que causa la COVID-19 y el del responsable del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) son similares, pero no iguales. El SRAS es más letal pero mucho menos infeccioso que la COVID-19. Desde 2003, no se han registrado brotes de SRAS en ningún lugar del mundo.
¿Debo llevar mascarilla o barbijo para protegerme?
Si no se presentan los síntomas respiratorios característicos de la COVID-19 (sobre todo, tos) o no se cuida de una persona que pueda haber contraído esta enfermedad, no es necesario llevar puesta una mascarilla clínica. Recuerde que las mascarillas desechables solo se pueden utilizar una vez y tenga en cuenta también que, si no está usted enfermo o no cuida de una persona que lo esté, está malgastando una mascarilla. Las existencias de mascarillas en el mundo se están agotando, y la OMS insta a utilizarlas de forma sensata.
La OMS aconseja hacer un uso racional de las mascarillas clínicas para no derrochar innecesariamente ni usar indebidamente unos utensilios que son valiosos (véase el apartado Cuándo y cómo usar mascarilla).
Las medidas frente a la COVID-19 más eficaces para protegerse a uno mismo y a los demás son: lavarse las manos con frecuencia, cubrirse la boca con el codo o con un pañuelo de papel al toser y mantener una distancia de, al menos, 1 metro (3 pies) con las personas que tosen o estornudan. Para más información a este respecto, pueden consultarse las medidas básicas de protección frente al nuevo coronavirus.
Cómo ponerse, usar, quitarse y desechar una mascarilla
1. Recuerde que solo deben usar mascarilla los trabajadores sanitarios, los cuidadores y las personas con síntomas respiratorios como fiebre y tos.
2. Antes de tocar la mascarilla, lávese las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón.
3. Inspeccione la mascarilla para ver si tiene rasgaduras o agujeros.
4. Oriente hacia arriba la parte superior (donde se encuentra la tira de metal).
5. Asegúrese de orientar hacia afuera el lado correcto de la mascarilla (el lado coloreado).
6. Colóquese la mascarilla sobre la cara. Pellizque la tira de metal o el borde rígido de la mascarilla para que se amolde a la forma de su nariz.
7. Tire hacia abajo de la parte inferior de la mascarilla para que le cubra la boca y la barbilla.
8. Después de usarla, quítese la mascarilla; retire las cintas elásticas de detrás de las orejas manteniendo la mascarilla alejada de la cara y la ropa, para no tocar las superficies potencialmente contaminadas de la mascarilla.
9. Deseche la mascarilla en un contenedor cerrado inmediatamente después de su uso.
10. Lávese las manos después de tocar o desechar la mascarilla. Use un desinfectante a base de alcohol o, si están visiblemente sucias, láveselas con agua y jabón.
¿Cuánto dura el periodo de incubación de la COVID-19?
El «período de incubación» es el tiempo que transcurre entre la infección por el virus y la aparición de los síntomas de la enfermedad. La mayoría de las estimaciones respecto al periodo de incubación de la COVID-19 oscilan entre 1 y 14 días, y en general se sitúan en torno a cinco días. Estas estimaciones se irán actualizando a medida que se tengan más datos.
¿Pueden los humanos contraer el virus de la COVID-19 por contacto con un animal?
Los coronavirus son una extensa familia de virus que son comunes entre los murciélagos y otros animales. En raras ocasiones las personas se infectan por estos virus, que luego pueden propagarse a otras personas. Por ejemplo, el SRAS-CoV iba asociado a las civetas y el MERS-CoV se transmite a través de los dromedarios. Todavía no se ha confirmado el posible origen animal de la COVID-19.
Como medida de protección al visitar mercados de animales vivos o en otras situaciones parecidas, evite el contacto directo con los animales y las superficies que estén en contacto con ellos. Asegúrese de que en todo momento se observen prácticas adecuadas de higiene de los alimentos. Manipule con cuidado la carne, la leche o los órganos de animales crudos para evitar la contaminación de alimentos no cocinados y evite el consumo de productos animales crudos o poco cocinados.
Como medida de protección al visitar mercados de animales vivos (como el de Wuhan en foto) o en otras situaciones parecidas, evite el contacto directo con los animales y las superficies que estén en contacto con ellos
¿Mi mascota me puede contagiar la COVID-19?
Aunque ha habido un caso de un perro infectado en Hong Kong, hasta la fecha no hay pruebas de que un perro, un gato o cualquier mascota pueda transmitir la COVID-19. La COVID-19 se propaga principalmente a través de las gotículas producidas por una persona infectada al toser, estornudar o hablar. Para protegerse a sí mismo, lávese las manos a fondo frecuentemente.
La OMS se mantiene al tanto de las últimas investigaciones a este respecto y otras cuestiones relacionadas con la COVID-19 y proporcionará información actualizada de las conclusiones que se vayan obteniendo.
¿Cuánto tiempo sobrevive el virus en una superficie?
No se sabe con certeza cuánto tiempo sobrevive el virus causante de la COVID-19 en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus. Los estudios realizados (incluida la información preliminar disponible sobre el virus de la COVID-19) indican que los coronavirus pueden subsistir en una superficie desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (por ejemplo, el tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).
Si cree que una superficie puede estar infectada, límpiela con un desinfectante común para matar el virus y protegerse de este modo a usted mismo y a los demás. Lávese las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón. Evite tocarse los ojos, la boca o la nariz.
¿Es seguro recibir un paquete de una zona en la que se hayan notificado casos de COVID-19?
Sí. La probabilidad de que una persona infectada contamine artículos comerciales es baja, y el riesgo de contraer el virus causante de la COVID-19 por contacto con un paquete que haya sido manipulado, transportado y expuesto a diferentes condiciones y temperaturas también es bajo.
¿Hay algo que no deba hacer?
Las siguientes medidas NO SON eficaces contra la COVID-2019 y pueden resultar perjudiciales:
Fumar
Llevar varias mascarillas
Tomar antibióticos
En cualquier caso, si tiene fiebre, tos y dificultad para respirar, trate de obtener atención médica lo antes posible para reducir el riesgo de desarrollar una infección más grave, y asegúrese de informar a su dispensador de atención de salud acerca de sus viajes recientes.
Profesionales de la Enfermería recogen en un anecdotario ilustrado el día a día de la profesión
Una novatada propia de haber hecho pocas guardias, un glande atrapado en una cremallera, la visita ‘veterinaria’ por un puercoespín enfermo, el último deseo de un drogodependiente o la faceta artística y literaria de un paciente. Un total de 40 enfermeras cántabras se han unido bajo la batuta de Pilar Elena Sinobas para contar en ‘Aventuras y desventuras de enfermeras. Anecdotario ilustrado’ un resumen de “lo que no se ve” de la Enfermería. Un relato para que usuarios y profesionales conozcan lo que se esconde tras las batas blancas y también para que los gestores sean conscientes de “lo que no se ve reflejado en los datos clínicos” y, por tanto, “parece que no existe”.
Así lo cuenta a Redacción Médica la enfermera cántabra que se ha encargado de aglutinar todas estas anécdotas “reales” (y ahora virales gracias a un mensaje en la red socia Twitter). Germán Castañeda, el coautor del trabajo editorial, envió al cantante asturiano Melendi el libro para enseñarle lo que sí hacían “30 hijas de borrachos que fueron enfermeras”, tras la polémica surgida por su canción ‘Síndrome de Estocolmo’. Un tweet que se convirtió en tendencia y dio un empujón más a este tomo que ha estado agotado estas navidades en servidores de venta como Amazon.
Mar Lecuna Gómez ha creado las ilustraciones para la ocasión.
Combinando humor, ternura y emociones, Pilar Elena Sinobas explica que este libro se fraguó bajo la climatología del invierno cántabro. “Una compañera de Santillana del Mar me contaba, todavía visiblemente afectada, como su coche se había quedado atascado en un barranco al acudir a una visita domiciliaria”, recuerda. Una historia que hizo germinar una idea “que ya tenía yo en mi cabeza” sobre todo enfocado a las desavenencias del ámbito rural.
“Las enfermeras rurales trabajamos en soledad y muchas veces no se lo puedes contar a nadie. Aunque estés adscrito a un centro de salud, muchas veces no puedes ni acercarte a compartirlo con compañeros”, relata esta profesional que, aunque asegurando que esto no son conocimientos técnicos, pueden ser de utilidad para otras enfermeras, sobre todo, las futuras.
Para esta enfermera este libro puede ser el ‘otro’ manual para las alumnas de Enfermería puesto que, aunque este no forme parte de los conocimientos que adquieren en su currículum de grado, puede serle de utilidad a la hora de incorporarse al mundo laboral. Asegura que “nadie” enseña en la Universidad a cómo controlar el coche cuando estás en una visita domiciliaria en un pueblo nevado u otras ‘enseñanzas’ como saber no interrumpir la hora del café. Treinta puntos de un ‘temario’ que “no va a entrar en una OPE” pero que es necesario para una profesional cuando quiere saber si la Enfermería es su verdadera pasión.
«Las enfermeras rurales trabajamos en soledad y muchas veces no le puedes contar a nadie lo que te ha pasado»
Pilar Elena Sinobas tiene un largo currículum ejerciendo en Cantabria (principalmente en Atención Primaria) y también ha sido directora de Enfermería del Área de Santander-Laredo del Servicio Cántabro de Salud y vicepresidenta del Colegio de Enfermería de Cantabria. Por ello, conoce a la perfección lo importante que puede ser este libro para los gestores con los que en ocasiones ha lidiado. Unos órganos políticos que, a veces, “solo ven números e historias clínicas” y que, con esta publicación, pueden conocer el trabajo que hay detrás de esa enfermera que acude a una localidad (a 36 kilómetros por angostas carreteras de su centro de referencia) para hacer una única consulta a un paciente que la considera tan de su familia que hasta le ofrece un café diario.
“Nuestros gestores no saben de nada de esto que contamos en el libro. Ese ha sido uno de los fines del anecdotario”, lamenta Pilar Elena quien asegura que, aunque invitaron a varios gestores a la presentación, ninguno acudió.
Todo el libro, aunque esté basado en hechos reales, guarda la privacidad de los pacientes. Pese a ello, y según cuentan sus propios autores, cualquiera puede verse reflejadas en ellas. “Son circunstancias que sólo genera la profesión enfermera. Algunos son cómicos y otros son más duros pero todos tienen esa connotación humana de estar cerca de las personas”.
Historias del ámbito rural, de enfermeras escolares, hospitalarias, de Atención Primaria e, incluso, relatos de una profesional de un colegio de Educación Especial que van mucho más allá de la consulta y llegan al corazón con las coloristas acuarelas originales de la también cántabra Mar Lecuna Gómez (Torrelavega, 1994). La joven, licenciada en Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid, ha creado ‘ex profeso’ más de una veintena de ilustraciones basadas en los relatos.
Presentación del libro con , Laura García, una de las autoras y correctora del libro; Pilar Elena, coordinadora del tomo; y German Castañeda, coautor del trabajo editorial y corrector del libro.
En total, el país nórdico ofrece 10 vacantes y una jornada de 37,5 horas semanales
Noruega vuelve con ofertas para profesionales de Enfermería. Contrato indefinido a partir de los 6 meses, jornada de 37,5 horas semanales y un salario bruto que oscila entre los 4.500 y 5.000 euros mensuales. ¿Los requisitos? El esencial, estar graduado, y como requisitos adicionales, poseer carné de conducir y tener conocimiento de inglés.
El alojamiento y los gastos están incluidos durante el periodo de contratación
En total, se ofertan 10 vacantes. Los interesados tienen de plazo hasta el próximo 15 de marzo para enviar sus solicitudes. Además de las condiciones laborales ya mencionadas, la oferta recoge además alojamiento y gastos incluidos durante el periodo de contratación, transporte hasta el puesto de trabajo y un programa de vuelos desde España a Noruega.
Formación
Los profesionales de Enfermería tendrán asesoramiento en un curso para aprender noruego, un curso de formación y medicación antes de comenzar a trabajar, plan personalizado de formación e integración en Noruega, la opción de tener asociada una persona de contacto en español y noruego, desarrollo profesional real y oportunidades de promoción.
La oferta también recoge que el tiempo trabajado en Noruega será certificado para su posterior convalidación y uso en las bolsas de salud del sistema de empleo público. La fecha de inicio está prevista para el 1 de octubre de este mismo año.
La tendencia hacia este síndrome es del 83,3 por ciento
La tendencia hacia el síndrome de burnout asciende hasta el 83,3 por ciento entre los profesionales de Enfermería. Así se extrae de un estudio publicado en la revista Enfermería Castilla y León. Según los resultados, los profesionales que desempeñan su trabajo en el turno fijo de mañanas sufren más burnout que aquellos que tienen turno rotatorio.
En la dimensión de cansancio emocional, el 27% de los enfermeros del turno de mañana sufre un nivel alto
En concreto, el 9 por ciento de los enfermeros que tienen un turno fijo de mañana sufren burnout alto, frente al 7,6 por ciento de los que trabajan en turno rotatorio. Por su parte, en la dimensión de cansancio emocional, el 23 por ciento del turno rotatorio presenta un nivel alto, frente al 27,2 por ciento del turno de mañana.
También en la despersonalización, el grupo más afectado es el que trabaja en turno de fijo de mañana. En concreto, afecta al 45,4 por ciento, frente al 7,7 por ciento del rotatorio.
Este síndrome es consecuencia de un estrés laboral crónico, y se caracteriza por un estado de agotamiento emocional, una actitud cínica o distante frente al trabajo (despersonalización), y una sensación de ineficacia y de no hacer adecuadamente las tareas. A ello se suma la pérdida de habilidades para la comunicación.
Tendencia al burnout
En cuanto a la tendencia al burnout, el estudio señala que el 83,3 por ciento de los participantes mostraban tendencia a sufrir este síndrome. El 10 por ciento no mostraba riesgo, mientras que el 6,7 por ciento es indicativo de padecer el síndrome de burnout.
Con respecto a la edad y a la variable de género, los autores de la investigación no encontraron diferencias estadísticamente significativas. A pesar de esto, han señalado que «diversos estudios sí han constatado que el sexo femenino muestra una mayor tendencia al síndrome de burnout».
CESM analiza la necesidad de tener protocolos específicos dependiendo de cada servicio sanitario
La gran variedad de características de los servicios sanitarios hace que un programa genérico antiagresiones no disminuyan los eventos violentos. Esta es una de las conclusiones que se extrae del estudio «¿Cómo prevenir las agresiones a los médicos?«, publicado por la Asociación Catalana de Salud Laboral.
Sobre la prevención, el estudio incide en la necesidad de tomar medidas de seguridad en los centros de urgencias nocturnas que atienden domicilios, como centralizar esta atención y dotar de acompañantes de seguridad para este fin. Asimismo, recomienda el entrenamiento en habilidades de comunicación.
Desde los sindicatos médicos se muestran de acuerdo en que «hay que individualizar los mecanismos pero siempre partiendo de una base«, así lo comenta Mercedes Ortín, secretaria general de CESM Aragón, quien añade que «hay que tener en cuenta mecanismos generales de prevención y protección del personal sanitario pero, también, específicos».
Desde el sindicato médico abogan por dotar a los profesionales de una autoridad
En esta línea y respondiendo a la necesidad de contar también con medidas generales antiagresión, Ortín incide en la importancia de dotar a los profesionales que trabajan en la sanidad de una autoridad, «algo que tiene que ser aplicable a todo el personal sanitario».
En 2015, el Congreso de los Diputados aprobó la inclusión en el Código Penal de la figura del profesional sanitario como autoridad pública, condenando las agresiones «en el ejercicio de las funciones propias de su cargo, o con ocasión de ellas».
Medidas específicas
La prevalencia de las agresiones al personal sanitario, de acuerdo con diferentes estudios, oscila entre el 36 y el 70 por ciento. De estas, el 55 por ciento corresponde a agresiones verbales y el 23 por ciento a agresiones físicas, tal y como recoge la investigación.
Hacer cambios en la infraestructura de los servicios para incluir mejoras que eviten las agresiones
En lo relativo a las medidas específicas para reducir las agresiones a los profesionales sanitarios, desde el sindicato médico explican que «no es lo mismo trabajar de médico de Atención Primaria en un centro de salud o en el servicio 061 en el que te desplazas al domicilio del paciente muchas veces en soledad».
En este último caso, «es necesario contar con un botón del pánico para dar la alerta», explica. En el caso de que vayan cuatro personas, «será suficiente con un teléfono móvil para poder avisar» y, es que, según señala Ortín «no somos lo mismo aun trabajando en un mismo servicio».
El estudio aconseja cambios en la infraestructura de los servicios que incluyan mejoras en la iluminación interna y externa, mayor espacio de salas de espera, salidas y rutas de escape, cámaras de vigilancia, botones antipánico, alarmas portátiles e incluso detectores de metales.
Por su parte, Ortín añade la idea de «colocar el mobiliario de tal manera que permita al médico poder escapar, tener un botón del pánico o un sistema de aviso a través del ordenador». En el caso de Urgencias, «los profesionales sanitarios cuentan con personal de seguridad que puede ayudar a parar una situación violenta».
Representantes del gobierno peruano, organizaciones de empleadores, trabajadores y otros actores clave se reunieron en Lima para reivindicar la importancia de incluir el derecho fundamental de los trabajadores a la seguridad y salud en el trabajo como pilar fundamental del Plan Nacional de Acción (PNA) sobre Empresas y Derechos Humanos.
Bajo la convicción de que un trabajo decente es un trabajo seguro, expertas de OIT expusieron los estándares internacionales sobre seguridad y salud en el trabajo, y experiencias concretas sobre cómo alcanzar estos estándares en el país.
Teresa Torres, de la Oficina de la OIT para los Países Andinos, recordó que cada día más de 2,78 millones de personas mueren a causa de accidentes laborales o enfermedades relacionadas con el trabajo. “Además, anualmente ocurren unos 374 millones de lesiones no mortales relacionadas con el trabajo”, dijo Torres.
“Crear entornos laborales seguros exige fomentar una cultura de prevención continua. Precisamente, las Normas Internacionales del Trabajo de OIT brindan a gobiernos, empleadores y trabajadores la guía para crear políticas y programas nacionales para evitar accidentes y enfermedades laborales”, recordó.
Por su parte, Olga Orozco, coordinadora regional del proyecto CERALC que ejecuta la OIT, enfatizó la importancia del diálogo social al interior de las empresas como mecanismo fundamental para que empleadores y trabajadores impulsen juntos planes de prevención efectivos. “La OIT ha acumulado evidencia sobre cómo se puede reducir en más de un 20% la incidencia de accidentes en el trabajo si se promueven sistemas de gestión empresarial basados en la cooperación entre los miembros de la empresa”, remarcó.
Por su parte, la ministra de Justicia y Derechos Humanos, Ana Teresa Revilla Vergara, afirmó que el tema de la seguridad y salud en el trabajo es una prioridad para el gobierno peruano y formará parte del Plan Nacional de Acción sobre Empresas y Derechos Humanos, que se encuentra en proceso de elaboración.
“Todas las empresas, independientemente de su ubicación, tamaño, sector, contexto operativo, estructura y propietarios, deben actuar de modo de alcanzar crecientemente los más altos estándares de salud y seguridad para todos sus trabajadores”, dijo la ministra. “Por su parte, los gobiernos deben fomentar que ello ocurra; de esta manera, pueden convertirse en poderosos impulsores de los derechos humanos”, agregó.
Asimismo, saludó la presencia de representantes de la OIT y de los actores tripartitos del mundo del trabajo: la Central Unitaria de Trabajadores del Perú (CUT), el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) y la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP).
El nuevo proyecto de Conducta Empresarial Responsable en América Latina y el Caribe (CERALC) , financiado por la Unión Europea (UE) e implementado en colaboración con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), promueve un crecimiento inteligente, sostenible e inclusivo en la UE y en América Latina y el Caribe, mediante el apoyo a prácticas de conducta empresarial responsable, en línea con los instrumentos de las Naciones Unidas, la OIT y la OCDE.
Según estimaciones de los enfermeros, el RD se transpondrá a todas las CCAA este semestre
El primer semestre de 2020. Ese es el plazo que desde el Consejo General de Enfermería (CGE) se ‘baraja’ para que todas las comunidades autónomas tengan transpuesto el Real Decreto de prescripción enfermera aprobado el 19 de octubre de 2018. Actualmente, solo nueve comunidades y el Ministerio de Defensa han puesto en marcha los mecanismos establecidos en su redactado para su correcto funcionamiento.
Como recuerda a este medio el vicesecretario general del Consejo General de Enfermería (CGE), José Luis Cobos, la última CCAA en incorporarse fue el País Vasco el 8 de enero. “Próximamente habrá nuevas comunidades. Por ejemplo, sabemos que Asturias ya está en trámite. Por eso confío y espero que en este semestre, antes del verano, todas las CCAA ya tengan la normativa específica para la acreditación”, ha sentenciado el vicesecretario del CGE.
La Comisión ministerial para el desarrollo de la prescripción espera tener los primeros protocolos antes de junio
La fecha que prevé Cobos coincide con la publicaciones de los primeros protocolos de prescripción elaborados por la Comisión para el desarrollo de la prescripción enfermera que coordina el Ministerio de Sanidad, tal y como adelantó Redacción Médica.En base a las informaciones publicadas, estas guías de práctica clínica y asistencial necesarias para unificar la dispensación de medicamentos ‘abordarán’ aquellos procesos que suponen una práctica más habitual para las enfermeras.
Las 9 CCAA pendientes
Actualmente, están pendientes de transponer esta norma a nivel autonómico Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Galicia, La Rioja, Madrid y Murcia. Aunque fuentes de algunas de estas comunidades sí han confirmado que ya están trabajando en un borrador de norma al respecto. Avances que se ‘notan’ si se comparan estos datos con el análisis realizado por este medio en octubre de 2019 donde seis CCAA y Defensa habían transpuesto este RD.
Los protocolos, según el Real Decreto 1302/2018, de 22 de octubre, deben contener supuestos específicos en los que se precisa la validación médica previa a la indicación enfermera y contemplar las actuaciones que, en el ámbito de sus respectivas competencias, el personal médico y enfermero realizarán colaborativamente en el seguimiento del proceso, al objeto de garantizar la seguridad del paciente y la continuidad asistencial.