Los enfermeros deben saber y educar sobre aspectos nutricionales por el incuestionable valor preventivo de una alimentación completa y equilibrada y porque es preciso que los enfermeros construyan y se apropien de los conocimientos esenciales que les permitan valorar el estado nutricional de individuos, familias y grupos comunitarios, identificar alteraciones potenciales, reales o posibles y brindar asesoramiento sobre dietas equilibradas teniendo en cuenta los factores que atraviesan el estado de salud del usuario (individuo, familia, grupo) en las distintas circunstancias y etapas del ciclo vital.
La interdependencia en que se encuentran alimentación y salud debe ser conocida y divulgada por los enfermeros desde su Rol de Promotores de Salud y Defensores de los Derechos del Usuario (sano o enfermo) para optimizar el estado de salud y contribuir a la prevención de enfermedades que en mayor o menor grado tienen un origen alimentario, tal como lo ha puesto de manifiesto la OMS. Los profesionales deben conocer la evolución que sigue el comportamiento alimentario; las razones (no siempre fundadas) que los determinan, así como sus posibles repercusiones en la salud individual y colectiva.
En muchos países en vías de desarrollo los problemas se relacionan con la cantidad de alimentos disponibles, en función de una insuficiente e injusta distribución por factores socio – económicos. Por el contrario, en los países desarrollados los problemas son de malnutrición producto del exceso o déficit de determinados nutrientes, no de alimentos en general. Podría decirse entonces que, según la zona geográfica, las pautas socio – culturales, el valor simbólico de los alimentos, entre otras razones, se dan incontables situaciones intermedias de riesgo por exceso o por defecto. Los enfermeros en su Rol de Promotores de Salud deben llevar a cabo actividades de información y educación sanitaria dentro de una política de nutrición que se vislumbra incipiente aún.
La OMS señala que los hábitos dietéticos nocivos para la salud incluyen la nutrición insuficiente, la nutrición desequilibrada, la sobrealimentación y la infraalimentación voluntaria e indica que la solución se orienta hacia la promoción de una dieta equilibrada.
El fundamento del Modelo de Enfermería de Autocuidado de Dorothea organizado en torno a las metas de la enfermería, es el concepto de autocuidado, considerado como acto propio del individuo que sigue un patrón y una secuencia y que, cuando se lleva a cabo eficazmente, contribuye en forma específica a la integridad estructural, al funcionamiento y al desarrollo de los seres humanos (Orem, 1980, p. 37) Las actividades de autocuidado, en este caso actividades que se orientan al consumo de una dieta equilibrada, se aprenden conforme el individuo madura y son afectadas por creencias culturales, hábitos y costumbres de la familia y de la sociedad. Edad, etapa del desarrollo y estado de salud pueden afectar la capacidad de las personas para realizar actividades en relación con sus necesidades nutricionales.
Concepciones que sustentan la formulación de la pregunta:
Salud: entendida como un proceso histórico y social, dinámico e integral que contempla los aspectos físicos, psicológicos, interpersonales y sociales, a la vez que estos elementos se consideran inseparables en el individuo. Es compleja y motivo de permanente debate que obliga a consolidar una actitud de continuo cambio frente al estudio y análisis de los problemas sanitarios y de la enseñanza en ciencias de la salud.
Persona: entendida como un todo integrado, agente con capacidad potencial de satisfacer sus propias necesidades de autocuidado. Según Orem la primera condición universal de autocuidado es la conservación de una ingestión suficiente de aire, agua y alimento.
Familia: entendida como un sistema abierto en constante transformación, pero que, sin embargo, conserva una continuidad subyacente que le permite reconocerse como ella misma. Es grupal, dinámica e histórica. La transmisión de pautas culturales, costumbres, valores, creencias, símbolos y roles sociales básicos forman parte de sus funciones que influyen, incuestionablemente, en la adquisición de los hábitos alimentarios de sus miembros.
Entorno: se lo considera favorecedor del desarrollo, con valor terapéutico, cuando pone en marcha programas específicos que ayudan a las personas a fijar objetivos y adecuar su conducta para conseguirlos. De aquí se desprende la importancia de preparar a los estudiantes para integrar programas nutricionales e interactuar con las personas aplicando los principios de la educación sanitaria y la enseñanza para el hogar.
Enfermería: entendida como una disciplina científica y universal, cuya meta es contribuir a optimizar el nivel de salud de la población. Su objeto de estudio y trabajo es el hombre (individuo, familia, grupo) A través de un proceso interpersonal, humanístico, continuo, educativo y terapéutico, los esfuerzos de enfermería se orientan a fortalecer la capacidad de reacción y participación del ser humano para satisfacer sus necesidades de autocuidado, en los diferentes niveles de prevención.
Enfermera/o: entendido como la persona que, habiendo completado un plan de estudios en una institución oficialmente acreditada, adquiere las competencias científico técnicas, bioéticas, humanísticas e interpersonales y la habilitación legal requerida para el ejercicio libre y autónomo de la profesión basándose en su juicio clínico, reflexivo y crítico.
Ciencia: entendida como proceso se remite a la actividad humana y social dirigida metódica y sistemáticamente a descubrir lo desconocido. Es la actividad mediante la cual se gesta el producto (el cuerpo de conocimientos) La ciencia como producto es un conjunto de enunciados científicos que constituyen su cuerpo de conocimientos; éstos se expresan por medio del lenguaje y conforman un sistema de ideas estructuradas provisionales y probables (= conocimiento científico) Al mismo tiempo, la ciencia como proceso es una actividad productora de nuevas ideas (= investigación científica) El abordaje científico es una modalidad de análisis de la realidad que nos permite esbozar enunciados provisionales.
Enseñar: entendida como una actividad intencional orientada a promover aprendizajes y a colaborar, coordinar y facilitar el proceso activo e interactivo de construcción de significados y transformador de los conocimientos de los cursantes. Se concibe al enseñar como actividad que promueve el enseñar a pensar (Silvia Álvarez, 2005) facilitando en los cursantes el uso de sus herramientas cognitivas, su creatividad, su espíritu crítico y sus procesos de pensamiento para un aprender significativo. Para que el alumno despliegue sus potencialidades y sus procesos de ideación, es preciso ofrecer orientación continua dirigida a mejorar la comprensión e interpretación de los contenidos.
Aprender: entendido como un proceso dinámico, activo e interactivo de construcción permanente y progresiva de significados y conocimientos que generan transformaciones en nuestra forma de sentir, pensar y actuar, a la vez que nos permite disponer de un nuevo repertorio de respuestas o estrategias de acción que podemos transferir para resolver situaciones futuras y realizar cambios en el medio que nos rodea (así como nosotros recibimos su influencia y actuamos en un ida y vuelta) Este proceso de construcción supone un aprender de cada uno de nosotros con los otros. El aprendizaje se facilita y acrecienta por el intercambio de nosotros con el entorno, porque permite descubrir nuevos puntos de vista, perspectivas y errores conceptuales (se experimenta el valor educativo del error) además se generan conflictos o choques cognitivos que promueven un cambio conceptual y un mejor aprendizaje. Es preciso propiciar el aprendizaje interactivo, entendido como aquel que se alcanza producto de una planificación anticipada, un acompañamiento del proceso individual y grupal donde los grupos de trabajo encuentran un espacio para discutir, confrontar, negociar y conciliar puntos de vista y adquirir habilidades para la búsqueda bibliográfica, la selección de contenidos según consignas aportadas y promover la creatividad al momento de seleccionar los recursos para comunicar sus hallazgos.
Autora: Lic. Elina García
En el Marco del Desarrollo de una Propuesta Curricular sobre el Tema Nutrición