En este artículo se analiza el contexto de política en que se inscribe el aumento de la movilidad y migración internacional del personal de enfermería. Se describen las características de ese tipo de migración y el marco normativo que rige la contratación internacional de enfermeras en cinco países: Australia, Irlanda, Noruega, el Reino Unido y los Estados Unidos. También examinamos los retos de política que entraña la planificación de esos trabajadores y el diseño de la infraestructura sanitaria. Con datos procedentes de registros de enfermeras profesionales, censos, entrevistas con informantes clave, estudios de casos realizados en los países de origen y de destino, grupos de discusión y estudios de modelización empírica, se examinan las modalidades y las repercusiones del movimiento de enfermeras a través de las fronteras.
El flujo de enfermeras a los países de destino citados ha aumentado, en algunos casos muy sustancialmente. La contratación a partir de los países de ingresos bajos y medios, según la definición del Banco Mundial, es la tendencia predominante en la migración de enfermeras al Reino Unido, Irlanda y los Estados Unidos, mientras que Noruega y Australia tienden sobre todo a absorber enfermeras de otros países de ingresos altos o medio-altos. Los sistemas de datos inapropiados que tienen muchos países impiden llevar a cabo un monitoreo eficaz de esos flujos de trabajadores.
Entre las opciones de política a considerar para gestionar la migración del personal de enfermería cabe citar la mejora de las condiciones de trabajo tanto en los países de origen como en los países de destino, el establecimiento de acuerdos multilaterales para gestionar esos flujos más eficazmente y la búsqueda de arreglos de compensación entre los países de origen y de destino. Se facilitan recomendaciones para mejorar los sistemas de datos sobre ese tipo de trabajadores.
Boletín de la Organización Mundial de la Salud